Nos ama el Señor y nos regala este día para que compartamos su amor.
Danos la ocasión en este día de poner en práctica tu palabra y ante todo vivirla en nuestros corazones. Bendícenos y abre nuestros oídos para saber qué quieres y qué esperas de cada uno de nosotros. Recibe y acepta nuestra oración.
Nuestras vidas son las casas… Casa sobre roca, casa sobre arena, casa sobre mezcla de roca y arena. Hoy nos invitas a revisar nuestra edificación existencial. Tú sabes que siempre queremos una casa firme, preferiblemente cimentada sobre roca; una casa sobre la que el agua devastadora de la vida no haga estragos, no nos lleve por delante; una casa sobre la que el viento impetuoso de las circunstancias desfavorables, de las dificultades no decolore la fachada, ni interiores. Nos gustaría que nuestra casa esté levantada sobre ti, la verdadera y única Roca en la que encontramos la firmeza de nuestra fe y esperanza.
Sin embargo, no siempre nos encontramos con tanta solidez y firmeza; no siempre somos pacientes y prudentes; no siempre escuchamos tus palabras; no siempre decimos «¡Señor, Señor!» y, al mismo tiempo, te pedimos que se cumpla tu voluntad…, porque no estamos seguros de que nos guste tu voluntad. Nuestras vidas son las casas que no están terminadas totalmente, que necesitan mantenimiento y, en ocasiones, reforzar los cimientos o sanearlos, o buscar y encontrarlos de nuevo. No encontraremos mejor cimentación que la tuya, Señor.
Tú, que has compartido nuestra condición humilde, permite que este tiempo de alegría y felicidad lo podamos compartir; que nuestra fe no se tambalee en las tormentas y tensiones de nuestro tiempo; antes bien, danos el valor de vivir de un modo seguro y confiado según creemos, para que, como tú, cumplamos la voluntad del Padre y vivamos en tu amor, para que construyamos nuestra casa sobre roca, edifiquemos nuestra vida sobre ti Señor y nunca nos sintamos decepcionados, ya que tú nos amas y estás con nosotros.
La Santa bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
Feliz y firme jueves vocacional.
Construyamos casas de fe, esperanza y caridad, sobre la roca firme de nuestro corazón y compartámoslas. Hoy día de las velitas ojalá encendamos una vela por las personas que amamos y también de una manera especial por las personas a las que no hemos podido perdonar o no nos han perdonado. Otra velita por nuestros angelitos que están en el cielo; una oración para que vivamos en unidad y reconciliación.