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8-ago.-2024, jueves de la 18.ª semana del Tiempo Ordinario

A Pedro le enseñaste la clave de esta nueva identidad cristiana que está en función de los otros

Amanecer radiante, mañana hermosa y día lleno de optimismo de fe y de esperanza. 

Gracias, Señor, por todo lo que nos vas a dar durante este día en esta mitad de la semana en que después de este descanso que nos regalaste, estamos con fuerzas y fortaleza para afrontar nuestra labor de este día. Gracias, Señor, porque nos abres el corazón para amar a nuestros hermanos y servirlos con este mismo corazón, generoso y servicial. 

A Pedro le enseñaste la clave de esta nueva identidad cristiana que está en función de los otros para que, llevando las llaves del reino de los cielos, les abriese a estos las puertas de fe y de la esperanza; permite que, como él, estemos en función de otros y que no cerremos las puertas atando a los demás a hacer nuestra voluntad, a nuestro negativismo, egoísmo e individualidad, sino que desatemos lo que oprime a nuestros hermanos y tengamos la oportunidad de servirlos, amarlos y ser fraternos los unos con los otros. Permítenos hoy que seamos verdaderos testigos de amor para desatar aquellos momentos de dificultad. Que atemos lo que significa el amor, el servicio, la solidaridad y la entrega. Amén.

Un muy feliz, vocacional y desatador jueves lleno de bendiciones. 

PALABRAS DEL SANTO PADRE

¿Quién soy yo para vosotros, ahora? Jesús no quiere ser un protagonista de la historia, sino que quiere ser protagonista de tu presente, de mi presente; no un profeta lejano: Jesús quiere ser el Dios cercano. Cristo, hermanos y hermanas, no es un recuerdo del pasado, sino el Dios del presente. Si fuera solo un personaje histórico, imitarlo hoy sería imposible: nos encontraríamos frente al gran foso del tiempo y, sobre todo, ante su modelo, que es como una montaña altísima e inalcanzable; deseosos de escalarla, pero sin las capacidades ni los medios necesarios. En cambio, Jesús está vivo: recordemos esto, Jesús está vivo, Jesús vive en la Iglesia, vive en el mundo, Jesús nos acompaña, Jesús está a nuestro lado, nos ofrece su Palabra, nos ofrece su gracia, que iluminan y reconfortan en el camino: Él, guía experto y sabio, está feliz de acompañarnos en los senderos más difíciles y en las ascensiones más impracticables. (…) En el camino de la vida no estamos solos, porque Cristo está con nosotros, Cristo nos ayuda a caminar, como hizo con Pedro y con los demás discípulos. Precisamente Pedro, en el Evangelio de hoy, lo comprende y por gracia reconoce en Jesús «el Hijo del Dios vivo» (v. 16): “Tú eres el Cristo, Tú eres el Hijo de Dios vivo”, dice Pedro; no es un personaje del pasado, sino el Cristo, es decir, el Mesías, el esperado; no es un héroe difunto, sino el Hijo de Dios vivo, hecho hombre y venido para compartir las alegrías y las fatigas de nuestro camino. (Ángelus, 27 de agosto de 2023)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.