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10-ago.-2025, domingo de la 19.ª semana del T. O.

... encuentro definitivo con Cristo, un deseo que nos hace estar siempre preparados, con el espíritu en vela...

«Padre, me pongo en tus manos. Haz de mi lo que quieras». Hermosa oración para darte gracias al inicio de este día y poder hacer tu voluntad de Padre misericordioso y bondadoso. Hoy nos ponemos en tus manos y te pedimos abras los oídos de nuestro corazón para escuchar a tu Amado Hijo. 

Sorprende cómo en muchas ocasiones vivimos con miedo y con temor: miedo a la enfermedad, miedo a perder nuestros seres queridos, miedo a la propia muerte, miedo del hoy, miedo del mañana. Pero Tú nos tranquilizas: “¡No teman! ¡No pierdan la esperanza! ¡Tengan fe!” 

Incluso cuando atravesamos días difíciles, no habríamos de perder nunca nuestra fe y esperanza; deberíamos estar siempre alertas a tu venida amorosa en medio de nosotros. Danos la fortaleza de tener siempre tu presencia en medio de nosotros. Tú nos dices: «no se inquiete vuestro corazón, creed en Dios y creed en mi». Tú nos pides que estemos siempre dispuestos a abrirte la puerta cuando llames y esperas de nosotros que, como fieles siervos tuyos, te sirvamos en nuestros hermanos. 

Señor, que tu bondadosa misericordia fortalezca nuestra fe y nuestra esperanza para caminar según tu voluntad. Permítenos hacer verdaderas bolsas de caridad, para que nuestro mayor tesoro y las riquezas sean nuestros corazones llenos de los valores que hemos recibido y compartido.  Permítenos guardar estas palabras en nuestro corazón y llevarlas a la práctica de nuestro diario vivir: “La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve”. Mis oraciones de este día para que el Espíritu Santo nos guíe y nuestro día dedicado a ti, sea de unidad y armonía.

Bendícenos abundantemente y concédenos un lindo día de descanso. Amén.

PALABRA DEL PAPA

El Evangelio (…)  (Lc 12, 32-48) nos habla del deseo del encuentro definitivo con Cristo, un deseo que nos hace estar siempre preparados, con el espíritu en vela, porque esperamos este encuentro con todo el corazón, con todo nosotros mismos. Este es un aspecto fundamental de la vida. (…) En este caso, el evangelista Lucas nos presenta a Jesús caminando con sus discípulos hacia Jerusalén, hacia su Pascua de muerte y resurrección, y en este camino los educa confiándoles lo que Él mismo lleva en el corazón, las actitudes profundas de alma. Entre estas actitudes está el desapego de los bienes terrenos, la confianza en la providencia del Padre y, precisamente, la vigilancia interior, la espera activa del reino de Dios. Para Jesús es la espera del regreso a la casa del Padre. (papa Francisco - Ángelus, 11 agosto 2013)

Oración introductoria

Señor, creo en Ti con todo mi corazón. Confío en tu infinita bondad y misericordia. Gracias por tu paciencia y tu gracia que me guía por el sendero. Te quiero y te ofrezco todo lo que tengo. Lo que he hecho es para Ti, para tu gloria y la salvación de las almas. Dame la gracia de no sólo querer que me escuches, sino también de querer escucharte.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.