Alegre, esperanzador y anhelante inicio de semana en nuestro séptimo día de travesía y de novena. Gracias, señor, porque nos vamos acercando a acontecimiento tan bello de la llegada en nuestros corazones al huésped principal príncipe del amor y de la esperanza; de la misericordia y la bondad.
Hoy en tu palabra nos invitas a glorificar y exultar el gozo por tu amorosa llegada. En nuestra madre santísima encontramos esas palabras que están llenas de humildad, para darle gracias al padre celestial. «Proclama mi alma, la grandeza del señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador». Con tus palabras madre santa glorificas a Dios y nos abres el camino. Esperanza y de la salvación. Permítenos, Señor, que esta corta semana sea llena de buenas obras y acciones; de reconciliación y solidaridad; de generosidad y humildad, para que este lugar que estamos preparando para tu nacimiento, sea lugar de amor y de paz, de verdadero calor de hogar. Bendícenos guárdanos y protégenos para que ahora salgamos al encuentro de nuestros hermanos sobre todo los que viven en tristeza y soledad.
Un muy feliz y santo inicio de semana y un lunes vivido en buenas obras y acciones.
Palabra del Papa
Este episodio nos muestra ante todo la comunicación como un diálogo que se entrelaza con el lenguaje del cuerpo. En efecto, la primera respuesta al saludo de María la da el niño saltando gozosamente en el vientre de Isabel. Exultar por la alegría del encuentro es, en cierto sentido, el arquetipo y el símbolo de cualquier otra comunicación que aprendemos incluso antes de venir al mundo. El seno materno que nos acoge es la primera “escuela” de comunicación, hecha de escucha y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mama. Este encuentro entre dos seres a la vez tan íntimos, aunque todavía tan extraños uno de otro, es un encuentro lleno de promesas, es nuestra primera experiencia de comunicación. Y es una experiencia que nos acomuna a todos, porque todos nosotros hemos nacido de una madre. Después de llegar al mundo, permanecemos en un “seno”, que es la familia. Un seno hecho de personas diversas en relación; la familia es el “lugar donde se aprende a convivir en la diferencia”: diferencias de géneros y de generaciones, que comunican antes que nada porque se acogen mutuamente, porque entre ellos existe un vínculo. Y cuanto más amplio es el abanico de estas relaciones y más diversas son las edades, más rico es nuestro ambiente de vida. (Mensaje de S.S. Francisco, 23 de enero de 2015).
ORACIÓN
Señor, al comenzar esta nueva semana, te pedimos que nos ayudes a mantener esta actitud de alabanza, reconociendo que tú obras maravillas en los humildes. Que no nos dejemos abrumar por las preocupaciones, sino que recordemos tu poder para derribar a los poderosos y enaltecer a los necesitados.
Que tu misericordia se extienda sobre nosotros y nuestras familias cada día de esta semana. Ayúdanos a ser instrumentos humildes de tu plan, como lo fue María, para que tu salvación se manifieste en nuestras acciones y decisiones.
Que esta semana esté marcada por la gratitud y la confianza en Aquel que es fiel a sus promesas de amor.
