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11-dic.-2025, jueves de la 2.ª semana de Adviento

Pidamos a Juan la gracia de la valentía apostólica para hablar siempre con la verdad, del amor pastoral, de acoger a las personas con lo poco que pueda dar

Lindo y bello amanecer decembrino el que nos regalas en este jueves y que lo iniciamos con alegría y felicidad, primero que todo porque nos hemos levantado, tenemos vida y salud y deseos grandes de hacer las cosas según la voluntad de Dios. 

Tu voluntad es que amemos y sirvamos a nuestros hermanos, y por eso tomamos las palabras de Isaías en este día: «no temas gusanillo de Jacob yo mismo te auxilio». Hoy tu mensaje es de confianza por estas palabras que hoy nos diriges. Podríamos plantearnos estas preguntas: ¿qué esperamos en este tiempo de Adviento?, ¿qué esperanza tenemos? ¿cuál es nuestra espera más profunda en estos días? Quizás nos encontremos en un momento de necesidad, quizás llevamos tiempo pidiendo al Señor que nos rescate de una situación concreta…si necesitamos del auxilio de Dios, si no encontramos sentido al dolor, hoy tú nos dices: “¡no temas!” Esto quiere decir que tu recorres a nuestro lado el paso de nuestra vida por el desierto, que no estamos solos, que hay una promesa que se cumplirá: “te regocijarás”. Gracias, Señor, por tus palabras esperanzadoras y llenas de consuelo. Hoy nos quedamos con las palabras de Isaías.: «para que vean y sepan, reflexionen y aprendan de una vez que la mano del señor lo ha hecho que el santo de Israel lo ha creado». Te alabamos te bendecimos y te damos gracias te glorificamos, Señor. 

Un muy feliz y vocacional jueves decembrino. 

PALABRA DEL PAPA

Esta es la grandeza de Juan, un gran hombre, el último de ese grupo de creyentes que comenzó con Abraham, el que predica la conversión, el que no se anda con rodeos para condenar a los soberbios, el que al final de su vida se permite dudar. Y este es un hermoso programa para la vida cristiana. (...) Pidamos a Juan la gracia de la valentía apostólica para hablar siempre con la verdad, del amor pastoral, de acoger a las personas con lo poco que pueda dar, el primer paso. Que el gran Juan, que es el más pequeño en el reino de los cielos, y por eso es grande, nos ayude en este camino siguiendo las huellas del Señor. (Papa Francisco, Homilía Santa Marta, 15 de diciembre de 2016)

ORACIÓN 

Al reflexionar sobre tus palabras acerca de Juan el Bautista, reconocemos que él fue la voz que preparó el camino. Te damos gracias por todos los profetas y por la Ley que apuntaban hacia Ti. El Reino de los cielos sufre violencia, los violentos lo arrebatan. Ahora comprendemos que la entrada a tu reino no es pasiva, sino que requiere un esfuerzo decidido y una fe activa.

Te pedimos: inspíranos con el celo de Juan. Que no nos conformemos con una fe tibia o superficial. Danos la fuerza para luchar con valentía contra el pecado y las fuerzas que se oponen a tu voluntad; para arrebatar para nosotros y para nuestros hermanos, la promesa de la vida eterna.

Cf. Reflexión del Evangelio escrita por P. Luis Alberto Tirado Becerril, misionero del Espíritu Santo

No ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista… San Juan Bautista es grande porque, reconociendo su pequeñez, trabajó para que Israel pudiese recibir al Enviado del Padre y, en cuanto tuvo oportunidad, lo señaló como el verdadero Cordero de Dios que quita el pecado del mundo; es decir, como el único Salvador del género humano, como el Mesías anunciado por los profetas, como Aquél que nos da la vida eterna con su cuerpo y con su sangre.

Si quieres ser grande en ese Reino, aprende de san Juan Bautista su vehemencia por señalar a Cristo ante todos, como el único Salvador, proclama, a tiempo y a destiempo que Él es Dios y Señor de la historia, comparte su Palabra, su amor y su enseñanza; anuncia que la muerte ya no tiene la última palabra y que el pecado no determina al pecador si se somete a Cristo y busca vivir según su Palabra, anuncia que Dios también es Padre, y trabaja para que verdaderamente lo sea de todo el género humano, lucha por la salvación de la humanidad que solo es posible rompiendo el pacto con el pecado.  

Pregunta:

¿Qué aspectos de mi vida necesitan todavía preparación para recibir al Señor con un corazón libre y abierto?

Cita bíblica del día:

«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos» (Isaías 40,3)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.