Buenos y bendecidos días. Bello amanecer, no importa si la mañana es gris o soleada, lo importante es que nos regalas otro día para vivirlo y compartirlo. También corazón agradecido en este descanso del fin de semana. Agradecimiento por lo que hemos realizado en nuestras labores, el bien que hemos hecho y las obras realizadas. Por nuestras alegrías y satisfacciones, por las personas con las que hemos podido compartir, pero ante todo por gozar de tu presencia y apoyo.
Señor, a veces nos cansamos de orar quizás porque la oración nos recuerda que no somos autosuficientes por nosotros mismos. Ayúdanos a pedirte, no tanto que nos concedas las cosas que pensamos necesitar, sino que nos enseñes a darnos a nosotros mismos a ti y a nuestros hermanos como Tú lo hiciste y sigues haciéndolo con nosotros. Hay momentos en que la oración se nos hace fácil y entonces podemos abrirte nuestros corazones y dejarnos guiar espiritualmente, pero ayúdanos también a reservar tiempo para ti cuando no nos sea fácil orar; que te escuchemos cuando nos hablas en tu palabra, en la gente y en los acontecimientos de la vida que nos ayudan a interpretar y detallar para nosotros tu amorosa voluntad. Permítenos entregarnos plenamente a ti, en la voluntad del Padre y ante todo aumenta nuestra fe, para que pidamos el don de la sabiduría y la Inteligencia, para saber discernir nuestro caminar inspirados por el Espíritu. Ayúdanos a saber pedir lo que más conviene en tu nombre. PIDAN LO QUE QUIERAN PORQUE EL PADRE LOS AMA. A ti gloria y alabanza. Bendícenos, guárdanos y protégenos ahora y siempre. Amén.
Un bendecido descanso compartido con mamá. Abrázala y dile cuánto la quieres; piensa en la vida que te ha regalado. El mejor regalo es compartir con ella. Feliz y maternal sábado.
ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO
¡Ven, oh, Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad... He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después..., mañana. ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, ¡Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras... Amén.
(Oración compuesta por san Josemaría en abril de 1934)