Otra noche de sueño reparador que nos ayuda a levantarnos en esta mañana, con deseos grandes y energía renovada a iniciar esta jornada echando las redes de la ilusión en tu nombre. Lo queremos hacer con seguridad y confianza, sabiendo que te escuchamos y que tú nos libras para que no endurezcamos nuestros corazones y, al contrario, con un corazón como el tuyo seamos generosos y exclamemos: "si quieres, tú lo puedes".
Haznos personas que, siguiendo tu ejemplo, comprendamos al que sufre y nos pide ayuda y que lo hagamos con palabras cálidas de acogida y con obras de ánimo y aliento. Disponnos no sólo a compartir nuestras riquezas y nuestras pobrezas, sino también a recibirnos los unos a los otros y a tocar nuestros corazones unos a otros con nuestro cariño y amor.
¡Qué felicidad cuando podemos aceptarnos mutua y plenamente como somos, sin juzgar, sin condenar, sin envidiar, sin despreciar a nadie, sin tratar de modelar a los demás conforme a nuestra propia imagen y semejanza! Nuestras actitudes de este día sean de fraternidad y de solidaridad tengamos muy en cuenta esta palabra que hoy nos dirige el salmo: «Ojalá escuchéis hoy la voz del señor: no endurezcáis vuestro corazón».
Que su santa bendición descienda sobre nosotros y nos guíe por caminos de amor y solidaridad. Amén.
Colmados de bendiciones, un muy feliz, vocacional, solidario y bendecido jueves, lleno de la presencia del Señor y de María Santísima.
REFLEXIONEMOS
«Jesús, sobre todo con su estilo de vida y con sus acciones, ha demostrado cómo en el mundo en que vivimos está presente el amor. Este amor [misericordioso de Dios] se hace notar particularmente en el contacto con el sufrimiento, la injusticia, la pobreza» (san Juan Pablo II).