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12-may.-2024, domingo de la 7.ª semana de Pascua

Solemnidad de la Ascención del Señor

Qué mañana tan especial en este domingo en que saludamos tu ascensión; nos llenamos de esperanza en tu promesa del Espíritu Santo y además honramos a nuestras madres, la del cielo y las de la tierra. Que hoy podamos honrarlas, nos des a todos la gracia y la sabiduría para comprender lo que Dios Padre ha hecho con cada uno de nosotros. 

Tu resurrección no es sólo acontecimiento tuyo, sino que es de todos nosotros. Hemos resucitado contigo al hombre nuevo y en esta nueva etapa nos llenas de esperanza porque la Ascensión no es un tiempo de tristeza porque nos quedamos solos, sino de esperanza. Las palabras de los ángeles a tus discípulos se dirigen hoy a nosotros: «¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?». Hoy nos alientas a todos. Hemos de seguir adelante con lo que nos has encomendado: amar y servir, confiar y esperar, ya que la misión nos urge a todos. 

¡Hay mucho que hacer! ¿Cómo he vivido el tiempo de Pascua? ¿Ha traído algún cambio en mi vida la celebración de la resurrección de Jesús? ¿Cómo puedo compartir la riqueza de la gracia que he recibido en Jesús con los que me rodean? ¿Qué espero con tu Ascensión? ¿Seguiremos mirando al cielo? Ahora te pedimos, Señor, que iniciemos con alegría y optimismo el tiempo de pentecostés, en la certeza de que el Espíritu Santo nos iluminará y nos guiará. Hoy nos das la felicidad de poder honrar a Nuestra Madre Celestial y te pedimos que ella siga intercediendo por nosotros; que siga siendo nuestro ejemplo de sencillez, humildad y obediencia y —al igual que la alegría que experimentaron los tres pastorcitos— escuchemos sus palabras maternales y hagamos lo que tú nos digas. 

El amor de Nuestra Madre Santísima sólo se paga con el cariño y al igual que el amor de nuestras madres que no tiene precio, sólo nos queda decir: Gracias, madre, por tu amor generoso, que no ha conocido obstáculos ni disculpas en cada momento de nuestras vidas, por tu tiempo y tu paciencia, por tu maternal cariño en nuestros momentos de dificultad y tristeza en el que tus brazos nos protegen y acarician. Gracias, madre, por tu comprensión, tus desvelos y tu valentía ante nuestros miedos e incertidumbres. Gracias, madre, por ser mi madre. Gracias, madre por tu ternura, por mi vida espiritual. Gracias, madre por tus oraciones. Gracias por tu disponibilidad. Gracias por tu amor incondicional y sacrificado. Gracias por defenderme y mirarme con los ojos del amor. Gracias por tus sabios consejos. Te amo madre estés. donde estés. Gracias, madre, porque oras, vives y te entregas por mí. Y ahora desde el cielo me sigues cuidando y protegiendo. 

¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES! 

Señor, te pedimos que las guardes y las protejas con salud y bienestar; las que ya están en el cielo, sigan participando de tu banquete celestial y nos sigan protegiendo. 

Un muy feliz y maternal Domingo de amor y de ternura. 

Gracias Señor y gracias, madre, por habernos dejado otras mamás que nos cuidan y se preocupan por nosotros: NUESTRAS ADORABLES HERMANAS, SOBRINAS Y CUÑADAS. 😍😍❤️❤️❤️❤️❤️😜😜😜😜😜😜

Queridas madres que son hermanas tías, sobrinas cuñadas. En este día el corazón se llena de alegría para poder expresar todo este sentimiento que se lleva en nuestro diario vivir, porque contar con ustedes es contar con ese ángel hermoso, tierno y —al mismo tiempo frágil que son cada una de ustedes. Hemos aprendido de nuestra mamá que ahora está en el cielo todo el amor, el respeto y la generosidad. En el tiempo, en cada una de ustedes vamos encontrando palabras hermosas y llenas de sentimientos amorosos. Muchísimas gracias por todos los momentos compartidos y vividos. El Señor les siga regalando ese don de ser madres, esposas hijas y abuelas. En María santísima, nuestra madre, encontramos la mayor protección y auxilio y solo le pido a Dios que las proteja, las bendiga y nos sigan ayudando fortalecidas en la generosidad de sus corazones. Amén.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.