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14-mar.-2024, jueves 4.º de Cuaresma

Cuaresma2024día30

Nuestro culto agradable a Dios sea: levantarnos, ir a nuestros hermanos y tener misericordia con ellos.

Te daré gracias por siempre, Señor, por tu bondad y tu misericordia que no tienen fin. Gracias por todo lo que nos concederás en este día. Sabes de nuestras infidelidades, de nuestras debilidades, de nuestras incoherencias, pero no desistes de nosotros.

En la travesía por el desierto, el pueblo sintió carencias y se reveló contra Ti. Muchas veces hemos sentido el cansancio del camino y hemos pensado renunciar, pero tú nos sostienes y pensamos: Cuántos hermanos se desvían del camino de la fe y pasan a adorar otros dioses simplemente porque en sus oraciones no fueron satisfechas sus necesidades o porque consideraron que tú no quisiste hacer su voluntad. No permitas que esto nos suceda a nosotros.

En cierta medida, todos llevamos, aunque escondidos, nuestros “becerros de oro”. Puede ser cualquier persona o cosa que nos hace prescindir de Ti, nos aleja y nos impide ser agraciados por tu misericordia: el poder, el honor, la riqueza, el consumo, ídolos que nos esclavizan y nos alejan de Ti.

El camino de este tiempo cuaresmal nos ayude para que nos detengamos, volvamos la mirada hacia nuestra vida y reconozcamos los “becerros de oro” que hemos construido en ella. Reconocerlos y destruirlos es una tarea necesaria, aunque difícil. Concédenos la gracia de tu Espíritu para que volvamos nuestros ojos a tu amor, ya que eres el único que puedes darnos la libertad y la vida. Permite, Señor, que nuestro único ídolo seas tú y nuestra adoración sea el amor al Padre; que nuestro testimonio sea de humildad, sencillez, generosidad y servicio incondicional. Amén.

Que nos acompañe en este día tu Santa Bendición.

Feliz jueves lleno de bendiciones y satisfacciones. Nuestro culto agradable a Dios sea: levantarnos, ir a nuestros hermanos y tener misericordia con ellos. Bendiciones abundantes.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «No se trata de conocer algo de Dios, sino de tener a Dios en el alma» (san Gregorio de Nisa).

* «Haced que brille vuestra luz en nuestra sociedad, en la política, en el mundo de la economía, en el mundo de la cultura y de la investigación. Aunque sea una lucecita en medio de tantos fuegos artificiales, recibe su fuerza y su esplendor de la gran Estrella de la mañana, Cristo resucitado» (Benedicto XVI)

* «Los signos que lleva a cabo Jesús testimonian que el Padre le ha enviado. Invitan a creer en Jesús (…). Los milagros fortalecen la fe en Aquél que hace las obras de su Padre (…). Pero también pueden ser ‘ocasión de escándalo’ (Mt 11,6). No pretenden satisfacer la curiosidad ni los deseos mágicos. A pesar de tan evidentes milagros, Jesús es rechazado por algunos; incluso se le acusa de obrar movido por los demonios» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 548)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.