En tus manos iniciamos un nuevo día, una corta semana y deseos de hacer las cosas de la mejor manera posible. Gracias por este día de descanso y de recargar fuerzas para las labores semanales. En nuestro caminar espiritual, ilumínanos para saber discernir tu Palabra y saber qué hemos de hacer.
Padre Santo, cada uno de nosotros podría decir: «Señor, que vea de nuevo, porque estoy ciego al amor que nos muestras en las personas que nos rodean. Que vea de nuevo, porque estoy ciego a tu bondad y belleza y muchas veces a los acontecimientos de la vida». Qué bueno para nosotros también oír de tus labios: «Tu fe te ha salvado». No permitas que ocultemos tu luz o que ensombrezcamos las vidas de nuestros hermanos. Danos unos ojos claros y limpios, y haz que seamos luz para los que viven sin conciencia ni esperanza.
Ayúdanos, Señor, a ser como el ciego que pregunta, que pide con todas sus fuerzas, insiste, vence los obstáculos, se deja guiar y se acerca a Ti para expresarte su deseo. El encuentro contigo le devuelve la vista y le da la fuerza para seguirte. El encuentro contigo nos hace recobrar la vista del corazón y el corazón nos lleva al seguimiento cada vez más auténtico hacia ti. Danos la gracia de ver las maravillas de tu amor con los ojos del corazón y amar a nuestros hermanos desde el corazón. Amén.
Feliz lunes de descanso compartido con los que amamos. Oremos por aquellos hermanos que sufren a causa del invierno.
Oración de Paz y Calma
Te buscamos día y noche, amado Padre, pues queremos sentir tu amor paternal que nos ayuda a sentirnos tus hijos más amados. Que tu voluntad se haga cada vez más plenamente en nosotros. “Señor, mi Dios y mi salvador, día y noche estoy clamando ante ti. Que mi plegaria llegue a tu presencia. ¡Inclina tu oído a mi súplica!”
