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15-abr.-2024, lunes de la 3.ª semana de Pascua

«Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse»

Por tantas cosas hermosas que con seguridad recibiremos este inicio de semana, te damos gracias. Permite, Señor, que la iniciemos en alegría y optimismo, en deseos de hacer las cosas con amor y de servir a nuestros hermanos con generosidad.

Nos confrontas hoy con estas palabras: «Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse» 

¿Por qué te buscamos, Señor? ¿por qué buscamos a Dios? ¿solamente por los dones que tú nos das? Bien es cierto que recibimos mucho de Ti, pero ¿te buscamos, por lo que eres y lo que significas para nuestras vidas? ¿o te consideramos como un dios de bolsillo que solo buscamos cuando lo necesitamos?

Ayúdanos a esforzarnos por acercarnos más a ti, llegar a ser más como eres tú. Anhelamos ardientemente la vida, la felicidad y la realización de todas nuestras esperanzas. Sacia todas nuestras hambres ya que tú puedes hacerlo porque eres nuestro pan de vida y, cuando nos hayas saciado de ti mismo, guíanos y danos fuerza para poder llevar a los que te esperan el alimento de reconciliación y alegría que solamente tú puedes dar en plenitud.

Sea este inicio de semana, una verdadera motivación para creer en ti, esperar en ti y confiar en ti. Que nuestro camino sea en tu presencia e iluminados por tu Espíritu para que seamos y sigamos siendo testigos de tu amor mediante buenas obras y palabras.

Un muy feliz, productivo y optimista inicio de semana. Con alegría y mucha fe vayamos a nuestras actividades al inicio de nuestras labores. Abrazos y bendiciones abundantes.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «La Sagrada Comunión es para nosotros prenda eterna, de manera que ello nos asegura el cielo; éstas son las arras que nos envía el cielo en garantía de que un día será nuestra morada» (san Juan M.ª Vianney).

* «El pan multiplicado milagrosamente nos recuerda el milagro del maná en el desierto y, rebasándolo, señala al mismo tiempo que el verdadero alimento del hombre es la Palabra eterna, el sentido eterno del que provenimos y en espera del cual vivimos» (Benedicto XVI).

* «Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que Él mismo no ha sido glorificado por su Muerte y su Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco, incluso en su enseñanza a la muchedumbre, cuando revela que su Carne será alimento para la vida del mundo» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 728).

 

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.