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15-may.-2025, jueves de la 4.ª semana de Pascua

Ser fiel a Jesucristo significa creer en Él cuando la sombra de la cruz se acerca a las puertas de nuestra vida. Creer en el Señor es acoger a quienes Él envía.

Agradecidos por tu amor, misericordia y generosidad, iniciamos nuestro día en tus manos y confiamos en tu presencia amorosa para realizar cada una de nuestras labores, siguiendo las palabras de Pablo: «no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí». 

Nos recuerdas hoy que no somos mayores, sino fieles siervos y servidores en Ti, nuestro Maestro y Señor. Danos fortaleza y resistencia para servirte a ti y a nuestros hermanos sin esperar recompensa o gratitud, aceptando las dificultades y contradicciones que son parte de la vida como seguidores tuyos. 

Nos pides beber contigo la copa de un servicio generoso y sacrificado. Llénanos de aquel amor que solo piense que uno es grande cuando sirve a los demás y cuando usamos nuestra vida para dar a los otros una oportunidad para vivir. Que ojalá no busquemos premio y recompensa por el servicio prestado, sino poder compartir tú mismo destino. Danos un espíritu abierto y sensible para comprender y aceptar a nuestros hermanos y acompañarlos en el camino de la vida, para sufrir con ellos en sus penas, para alegrarnos con sus alegrías y para saber llevar los unos las cargas de los otros. Hoy recordamos a san Isidro labrador, hombre infatigable y humilde trabajador que se hizo santo labrando la tierra; que fue apreciado por su deseo de trabajar, por su rectitud, por su honestidad y por su bondad. Bendícenos abundantemente en este día y, que Nuestra Madre celestial sea siempre nuestro auxilio y consuelo. Amén. 

Feliz y vocacional jueves. 

Palabras del Papa Benedicto XVI

Estamos en el tiempo pascual, que es el tiempo de la glorificación de Jesús. El Evangelio que acabamos de escuchar nos recuerda que esta glorificación se realizó mediante la pasión (...) Judas sale del Cenáculo para cumplir su plan de traición, que llevará al Maestro a la muerte: precisamente en ese momento comienza la glorificación de Jesús. El evangelista san Juan lo da a entender claramente: de hecho, no dice que Jesús fue glorificado sólo después de su pasión, por medio de la resurrección, sino que muestra que su glorificación comenzó precisamente con la pasión. Benedicto XVI, Homilía, domingo 2 de mayo de 2010.

En este pasaje evangélico, el Maestro, nos invita entrañablemente a ser fieles a su amor, a no dejarle sólo, a no fallarle. Judas es aquél de quien el Señor dijo: «El que come mi pan ha alzado contra mí su talón». Ese apóstol no abrió su corazón a Jesús de par en par, no creyó en el Hijo de Dios y prefirió el camino del egoísmo y del amor propio. Ser fiel a Jesucristo significa creer en Él cuando la sombra de la cruz se acerca a las puertas de nuestra vida. Creer en el Señor es acoger a quienes Él envía.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.