Pasar al contenido principal

16-abr.-2023, Domingo de Divina misericordia

En la alegre mañana del Señor de la misericordia, lo saludamos y le damos gracias ya que en su infinita bondad nos concede un nuevo

En la alegre mañana del Señor de la misericordia, lo saludamos y le damos gracias ya que en su infinita bondad nos concede un nuevo amanecer pleno y radiante de optimismo y deseos de servir. A ti, Señor, elevamos nuestra oración. Tú estás aquí con nosotros. ¿Te reconocemos? ¿Somos conscientes de que tú estás aquí con nosotros en la vida de cada día? ¿Te reconocemos? también y especialmente en nuestros momentos de prueba, dificultades y fracasos? Tú has resucitado, nos alzas y nos resucitas. Sin embargo, nosotros también somos con frecuencia tímidos y tenemos miedo, estamos llenos de preguntas, quizás de dudas, y con una fe frágil. Pero estamos aquí porque que creemos en Ti. Sabemos que estás presente en medio de nosotros, aunque nuestros ojos no pueden verte Y con Tomás decimos: “Señor mío y Dios mío”.

Mantennos firmes en la fe, creyendo que tú eres nuestro Señor y nuestro Dios. Danos la gracia de saber encontrarte en nuestra vida de cada día y de vivir siempre en tu paz. Abre nuestros ojos para que sepamos ver tus cicatrices en los que sufren, y viven en soledad y ayúdanos a llevarles consuelo y esperanza. A ti nos acogemos en ti confiamos y en ti esperamos.

¿Estoy buscando la Misericordia de Dios?

Feliz y esperanzador domingo vivido con mucha fe. Sonriamos porque la vida es bella.

ORACIÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Oh, Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh, Dios!; y clama con la potente voz de la desdicha.

¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh, Señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos: Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos, fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como hijos Tuyos, aguardemos la última venida (día que Tú solo sabes). Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.

Porque Jesús es nuestra esperanza: A través de su Corazón misericordioso, como en el Reino de los Cielos.

ORACIÓN

Oh, Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con tu favor y aumenta tu misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con tu santa voluntad, la cual es idéntica con tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien con Vos y el Espíritu Santo manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.