Día especial que nos regalas, Señor, al finalizar la semana para emprender este camino que durante nueve días nos guiará para llegar a aquel Portal que tú mismo has querido que te preparáramos y que es allí donde tú realmente vuelves a nacer. Danos la ocasión de vivirlos en alegría, armonía y unidad en el amor. Gracias, Señor, por invitarnos a preparar la Navidad y decirnos cómo la podemos vivir bien, para que sea una gran fiesta de fe, esperanza y caridad. El jardín de nuestros corazones va siendo puesto a punto. Te preparamos el sitio más lindo porque, en medio de rosas de amor, hemos embellecido este lugar. Allí estará la humilde cuna junto a María y José; será humilde, pero llena de amor, armonía, sencillez, fraternidad y solidaridad, unidad y comprensión.
Durante estos últimos días Tú nos has hablado de Juan Bautista como el testigo de la verdad, la lámpara, el que prepara tu camino, el hombre honesto y de conducta recta, que vive austeramente. Y nos invita a hacer lo mismo. Gracias, Señor, porque al iniciar en este día tu novena de Navidad, sentimos el anhelo y la esperanza que al finalizarla, nuestros corazones se hayan convertido en el auténtico pesebre donde tú verdaderamente quieres nacer.
Reflexión del papa Francisco
Juan el Bautista es alguien que indica a otro y abre la puerta a otro testimonio, el del Padre, que Jesús dice hoy: "Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan, el del Padre". Y cuando en el Evangelio se lee que se oyó "la voz del Padre: Este es mi Hijo", debemos comprender que fue Juan quien abrió esta puerta. Por ello Juan es grande, porque siempre se pone a un lado. Él es grande porque es humilde y elige abajarse, anonadarse, el mismo camino que luego seguirá Jesús. Y también en esto da un gran testimonio: abre el camino del abajarse, de vaciarse de sí mismo, que fue más tarde también el camino de Jesús...
