Al despertar hoy, Señor, nos levantamos y queremos hacerlo en esperanza y con deseos de realizar las obras según la voluntad del Padre celestial y la alegría de ser escuchados en nuestras súplicas. Gracias por este nuevo día de descanso y día dedicado a tu amor; por permitirnos compartir este día y el fin de semana en armonía y unidad. Gracias por darnos la ocasión de vivir en felicidad y alegría. ¿Ponemos nuestra vida en nuestra oración, o bien sólo recitamos fórmulas?
Señor: Ayúdanos a expresar en oración lo que vivimos, vocear nuestras dificultades, y gritar nuestras alegrías, persistir orando, sin desistir, insistiendo como dice san Pablo a tiempo y a destiempo. No permitas que desistamos y bajemos los brazos, cuando somos atrapados por la marcha y prisas cotidianas y ojalá nuestros brazos sean sostenidos por las piedras de la esperanza y conservemos el bastón de la fe para seguir luchando contra las adversidades pero sobre todo que no desistamos en nuestra confianza y nuestra oración. Señor, danos la fortaleza de tu espíritu para seguirte pidiendo, aunque tú conoces nuestras necesidades materiales y espirituales y el dolor que sentimos por nuestros hermanos enfermos en el cuerpo y el espíritu. Danos la constancia y la perseverancia no sólo en la oración y en nuestras súplicas dirigidas a tu bondad. Como la viuda del evangelio, permítenos no decaer en nuestra insistencia y constancia, para pedir y suplicar a nuestro Padre celestial que no desoye nuestras súplicas. En ti confiamos, en ti esperamos y a ti nos acogemos. Bendícenos, guárdanos y protégenos. Amén.
NO OLVIDEMOS: «bajar los brazos es ocasión para que el mal triunfe; mantener los brazos arriba, es la fuerza de Dios la que me sostiene».
Feliz y descansado fin de semana y un lindo domingo. Abrazos y bendiciones abundantes.
