Pasar al contenido principal

18-mar.-2023, sábado de la 3.ª semana Cuaresma

«Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador»

Cuaresma2023-25

 

Hemos despertado llegando a un nuevo amanecer un nuevo fin de semana y una mitad de mes recorrido. Gracias a tu bondad y misericordia nos has permitido llegar a este momento. Gracias te damos, Señor, por este nuevo amanecer y un día que comienza a brillar para cada uno de nosotros. Este sábado tu palabra nos invita a pensar por un momento en cuál de estos dos personajes de la parábola no sentimos retratados: ¿el que está orgulloso de sí mismo o el pecador que invoca humildemente el perdón de Dios? El fariseo en el fondo que no deja actuar a Dios en su vida, porque ya está actuando él. ¿Somos acaso de ellos que, teniéndonos por justos, nos sentimos seguros de sí mismos y despreciamos a los demás? Si fuéramos conscientes de que Dios nos perdona a nosotros, tendríamos una actitud distinta para con los demás y no seríamos tan autosuficientes. No permitas que caigamos en la tentación de ofrecer a Dios actos externos como el ayuno, la oración y la limosna y no darnos cuenta de que lo principal que se nos pide y se hace algo interior: por ejemplo la misericordia, el amor a los hermanos. ¡Cuántas veces nos lo ha recordado tu palabra en estos días! Hoy la lección es para nosotros: lo que más te agrada a ti es la acción de un pecador penitente que la de un orgulloso que se cree justo.

NUESTRA ORACIÓN SEA: DIOS MÍO, APIÁDATE DE Mí, QUE SOY UN PECADOR. Que tu amor y misericordia me alcancen y pueda presentarme a ti reconciliado. Amén.

Un muy feliz y justificado fin de semana. Feliz sábado.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

* «El corazón es lo que hay que quebrantar. Y no temas perder el corazón al quebrantarlo, pues dice también el salmo: Oh Dios, crea en mí un corazón puro. Para que sea creado este corazón puro, hay que quebrantar antes el impuro» (san Agustín)

* «Estamos siempre listos para pasar por inocentes. Pero así no se avanza en la vida cristiana... Antes y después de la confesión, en tu vida, en tu oración, ¿eres capaz de acusarte a ti mismo? ¿O es más fácil acusar a los demás?» (papa Francisco)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.