Buenos días, Señor, es nuestro saludo amoroso contemplando un radiante amanecer y día en el que recordamos con cariño a san José, un modelo de Guardián de las “debilidades” y de los “Sueños de Dios”; un sueño de Redención y de Salvación para todos los hombres, expresado en el nombre que José pone al niño: Jesús. Sueño en el que también nosotros podemos colaborar como lo hizo él, desde nuestra pobreza, humildad y sencillez.
Hoy, a partir del modelo de san José, podemos pensar cómo estamos cumpliendo la voluntad de Dios y tratar de resolver algunos interrogantes que nos ayudan a orar y reflexionar: ¿Cómo acogemos el plan de Dios en nuestras vidas? ¿Afrontamos las situaciones desconocidas, e incluso adversas, con la misma disposición y generosidad que tuvo José a los designios de Dios? ¿Somos como María y José, que reciben a Jesús y lo cuidan con amor materno y paterno? ¿Qué obras de misericordia debo contemplar, para custodiar y velar por mis hermanos? Son interrogantes que encontramos y que resolveremos gracias a la acción del Espíritu Santo.
Ayúdanos, Señor, y danos la fe de este hombre justo, para que siempre te escuchemos y te sirvamos en todo lo que nos pides, aun cuando no entendamos perfectamente a dónde nos llevas. Permite que siempre sigamos tus huellas y haz que, como san José, vivamos siempre cercanos e íntimos a ti, que te sirvamos fielmente y pongamos toda nuestra confianza en ti. Haznos responsables y justos para que reflejemos tu bondad y tu amor. Que ojalá el Padre celestial nos haga siervos buenos y fieles, dignos de confianza y justos y que tu bendición venga sobre nosotros y nos acompañe en el camino de la vida. San José, modelo de Padre, de esposo y de siervo fiel, ruega por nosotros. Amén.
Feliz martes para poder escuchar la Palabra Divina: “José, Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te lo diga”.
Con energía esperanzadora nuestro día sea vivido en fe, esperanza y caridad.¡A TODOS LOS JOSÉ, FELIZ DÍA!
PALABRAS DEL SANTO PADRE
San José [...] es ante todo el custodio de Jesús y de la Virgen María. Y por tanto es también el santo patrón de la Iglesia. […] Puedes confiarle ciertas situaciones un tanto complicadas, en las que nos damos cuenta de que nuestras fuerzas no son suficientes, que no hay soluciones a la mano. Luego podrás dirigirte a San José en oración. Es de pocas palabras ─en el Evangelio nunca habla, no hay palabras de José─, de pocas palabras, pero de muchos hechos. Inténtalo. A un hombre que escucha la voluntad de Dios y la pone en práctica, sin dudarlo. Siempre le rezo, por esta necesidad, aquella otra, aquel otro, y él siempre responde. […] ¿Sabías cómo Dios le reveló su voluntad? En el sueño, mientras dormía. Este es un hecho relatado por los Evangelios, y tiene también un significado simbólico: no se trata sólo de sueños en un sentido psicológico, sino de revelaciones del plan divino, que él recibía mientras dormía y luego, al despertar, inmediatamente realizaba. […] Los planes de Dios no siempre son claros; a menudo se manifiestan con el tiempo y requieren paciencia; requieren sobre todo fe, mucha confianza en que Dios sólo y siempre quiere el bien, el mayor bien para nosotros y nuestros seres queridos. Y luego debemos hacer como San José: abandonarnos a Dios –esto significa el sueño─ para recibir sus mensajes. (Saludo navideño a los empleados del Vaticano, 23 de diciembre de 2021)