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19-sep.-2025, viernes de la 24.ª semana del T. O.

gracias al Señor porque él guía a su Iglesia (...), sirviéndose (...) de hombres y mujeres, que saben hacer fructificar su fe y su bautismo para mayor gloria de Dios.

En el último día de la semana laboral nuestro corazón te agradece lo que nos has regalado en nuestras labores cotidianas. Las alegrías que hemos podido compartir, los momentos de dificultad que hemos podido superar, el bien que hemos hecho a nuestros hermanos y también te pedimos perdón por todos nuestros momentos de dificultad. 

Hoy, al igual que en tu tiempo, como lo hicieron aquellas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades, queremos acompañarte y queremos que tú guíes nuestro caminar, que nos muestres el camino verdadero, pero ante todo que nos señales los momentos en que podremos servir a los demás. 

Queremos ser compañeros que comparten su mesa contigo, para llegar a ser una sola mente y un solo corazón. Como discípulos tuyos queremos llevar a nuestros hermanos a tu corazón, para que seamos uno solo en Ti como Tú lo eres en nosotros. Gracias, Señor, por este fin de semana que nos regalarás y por el descanso que reparará nuestras fuerzas. Amén.

Bendecido viernes. Abrazos y bendiciones abundantes. 

PALABRA DEL PAPA

En síntesis, la historia del cristianismo hubiera tenido un desarrollo muy diferente si no se hubiera contado con la aportación generosa de muchas mujeres. Por eso, como escribió mi venerado y querido predecesor Juan Pablo II en la carta apostólica Mulieris dignitatem, "la Iglesia da gracias por todas las mujeres y por cada una. (...) La Iglesia expresa su agradecimiento por todas las manifestaciones del "genio" femenino aparecidas a lo largo de la historia, en medio de los pueblos y de las naciones; da gracias por todos los carismas que el Espíritu Santo otorga a las mujeres en la historia del pueblo de Dios, por todas las victorias que debe a su fe, esperanza y caridad; manifiesta su gratitud por todos los frutos de santidad femenina". Como se ve, el elogio se refiere a las mujeres en el transcurso de la historia de la Iglesia y se expresa en nombre de toda la comunidad eclesial. También nosotros nos unimos a este aprecio, dando gracias al Señor porque él guía a su Iglesia de generación en generación, sirviéndose indistintamente de hombres y mujeres, que saben hacer fructificar su fe y su bautismo para el bien de todo el cuerpo eclesial, para mayor gloria de Dios. (Benedicto XVI - Audiencia general, 14 de febrero de 2007)

REFLEXIÓN escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo

El recorrido de Jesús y los doce más las mujeres que lo acompañaban se hacía a pie, podían tardar hasta días enteros en llegar de un lugar a otro. A veces se tendría que pagar hospedaje, se pagarían alimentos, aseo; no dudo, incluso que, de vez en cuando, había que reparar las sandalias y la ropa por el desgaste entre los días y el camino. Los doce lo habían dejado todo: sus fuentes de ingreso, su seguridad, su estabilidad y, aun así, se mantenían fieles y firmes al llamado.  

Pregúntate, ¿Cómo puedes usar lo que Dios te ha dado para bendecir a otros y apoyar la obra de la Evangelización? No busques reconocimiento, sirve y apoya con un corazón humilde, sabiendo que tu recompensa viene de Dios, porque Dios ha hecho grandes cosas en ti. Cada acto de generosidad y servicio, apoyado con tus propios bienes, es un acto de adoración hacia Jesús. 

Pregunta:

¿Cómo expreso yo mi gratitud por lo que Dios ha hecho en mi vida?

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.