Bendecido y alegre día en la vida de cada uno, que nos regalas para vivirlo alegremente.
Señor, nos muestras lo que nosotros deberíamos ser y lo que podemos hacer con nuestros talentos humanos, si te dejamos obrar en nosotros, si tu Espíritu está presente, si aprendemos a pensar con tu sabiduría y tu pensamiento, si actuamos con tu poder. Te damos gracias porque has colocado en nuestros corazones la humildad y la sencillez para poder seguir tu camino, para poder escuchar tu palabra y saber con claridad lo que hemos de hacer. Somos dichosos porque vemos las maravillas que obras en nosotros y oímos en nuestro interior tu voz que nos invita a amar y a reconciliarnos, pero ante todo para cumplir tu voluntad. Ayúdanos para que este día sea de armonía, de unidad y comprensión con nuestros hermanos y en nuestra familia. Danos la gracia de servirte y seguir tu camino de humildad y sencillez. Con corazón agradecido y sentimientos de alegría, bendícenos abundantemente. Amén.
Bendecido y fructífero martes. Nuestra Madre Celestial sea nuestro auxilio y consuelo.
PALABRA DEL PAPA
Los pequeños son aquellos que, como los niños, se sienten necesitados y no autosuficientes, están abiertos a Dios y dejan que sus obras los asombren. ¡Ellos saben leer sus signos y maravillarse por los milagros de su amor! (…) nuestra vida, si lo pensamos bien, está llena de milagros: llena de gestos de amor, signos de la bondad de Dios. Sin embargo, ante ellos, también nuestro corazón puede acostumbrarse y permanecer indiferente, curioso pero incapaz de asombrarse, de dejarse “impresionar”. Un corazón cerrado, un corazón blindado, no tiene capacidad para sorprenderse. ‘Impresionar’ es un bonito verbo que hace pensar en la película de un fotógrafo. Esta es la actitud correcta ante las obras de Dios: fotografiar en la mente sus obras para que se impriman en el corazón, a fin de revelarlas en la vida mediante muchos gestos de bien, de modo que la “fotografía” de Dios-amor se haga cada vez más luminosa en nosotros y a través de nosotros. (Papa Francisco - Ángelus, 9 de julio de 2023)
ORACIÓN
Espíritu Santo, gracias por la paz que siembras en mi interior. Hoy me uno a la alegría profunda con la que Jesús bendijo a su Padre, esa alegría que nace cuando reconocemos que tu sabiduría se revela a los sencillos. Concédeme la gracia de vivir este día con un corazón alegre, abierto, capaz de escuchar y acoger tu voz como un niño. Amén.
Reflexión del Evangelio fue escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.
En el Evangelio de hoy encontramos una oración de gratitud de Jesús al Padre. Su gozo está en que a Dios Padre le ha parecido bien dar a conocer el Reino a la gente sencilla y humilde, y no a los sabios e inteligentes del mundo.
Jesús nos invita a ser sencillos, a ver su mano en cada momento que vivimos: en el amanecer, en nuestros seres queridos, en la ayuda de un amigo o de un compañero de trabajo. Ahí es donde Él se quiere revelar, en las manifestaciones simples de cada día. Por eso es importante pedirle que nos dé un corazón sencillo y humilde, que sea capaz de entenderle cuando Él se nos quiere revelar.
Reconoce que todo lo que eres y tienes proviene de Él y pídele que hoy se te revele de una manera especial y mañana vuélvelo a hacer, y pasado mañana también. Y así, no dejes nunca de hacerlo de una manera sencilla y humilde y verás cómo Él se te va a revelar cada día con su amor. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Pregunta:
¿Actúo como alguien que ya "lo sabe todo" o como un discípulo que quiere aprender siempre?
Cita bíblica del día.
«El Señor encamina a los humildes por la justicia, enseña a los humildes su camino». (Salmos 25,9).
