Con este esperanzador amanecer que nos regalas, queremos decirte desde nuestro corazón: gracias, Señor. Danos en este día prosperidad, danos tu amor, danos tu presencia para que la podamos compartir con nuestros hermanos. Señor, en aquella ocasión llamaste a los que quisiste para que estuvieran contigo y los elegiste, no por sus condiciones sociales ni por su simpatía, sino porque miraste sus corazones. Hoy continúas eligiendo a muchos para llevar a cabo tu trabajo y tu misión. Que ojalá sepamos colaborar eficazmente para seguir edificando el reino de justicia de paz y de amor que tú quieres en medio de nosotros. Guíanos, guardanos y protégenos y dispón de nuestros corazones según tu voluntad. Purifica nuestro amor para que seamos dignos de ti y, sobre todo, que tu misericordia y tu bondad sean el mayor signo con el que nos distinguimos y sobretodo llevamos tu presencia a nuestros hermanos.
Madre de la ternura tú que escuchaste el llamado del Señor, acompáñanos en nuestro caminar y sobre todo danos tu santa protección.
Un muy feliz, fraternal y solidario viernes.
ORACIÓN DEL DÍA
Dios de infinita bondad:
el azul del cielo resplandece,
el rocío del amanecer riega los
campos en flor y las aves con
su trinar nos avisan que un
nuevo día ha llegado.
Hoy, lleno de dicha, me acerco
hasta Ti para darte gracias por
el sol que brilla, por el aire que
respiro y por todas las
bendiciones recibidas.
Gracias también, Señor, porque
en cada día que pasa puedo
sentir tu maravillosa
presencia en mi vida. Amén.