Otra semana más y otro nuevo amanecer enmarcados por los caminos que durante esta semana recorreremos.
Gracias, Señor, por nuestro descanso del fin de semana que fue compartido en familia; ahora iniciamos nuestras labores y lo hacemos con fe y esperanza de que tú serás nuestro guía y nuestra compañía durante estos días.
Gracias, Señor, por darnos la ocasión en este día de honrar a nuestra madre santísima en su advocación de Madre de la iglesia.
Ahora, después de haber celebrado nuestro Pentecostés, llenos de los dones del espíritu Santo, no tenemos nada más que ponerlos a producir, especialmente el donde la sabiduría, el don el consejo, el don la inteligencia y el don de temor Dios; no porque los otros no tengan importancia, sino porque en la en la medida en que vamos haciendo el bien hacia los demás, nos vamos llenando de esa sabiduría que nos lleva a expresar palabras de esperanza, de fe y de caridad; con el don de la inteligencia, sabremos cómo caminar en tu presencia y sobre todo, bajo la inspiración del Espíritu Santo.
Danos la gracia de sentirnos protegidos bajo el amparo y auxilio de nuestra madre Santísima que, junto a la cruz, recibió de ti estas palabras tan bellas: «Mujer, aquí está tu hijo; hijo, aquí está tu madre». Bendícenos guárdanos y protégenos en tu amor.
Feliz inicio de semana.