Nos levantamos en tu nombre, Señor, e iniciamos un día de descanso en este fin de semana; valoramos lo que tú nos has regalado: el don de la vida, el don del amor y el don del servicio. Muchas veces vamos encontrando no momentos de felicidad sino momentos adversos, pero sabemos que podemos superarlos y que, al igual que Pablo y Timoteo, debemos acoger al Espíritu Santo prometido y dejarnos guiar por él, que nos llevará por los caminos que conducen a la vida y vida en abundancia. Permite que seamos conscientes de que también en el amor estamos comprometidos contigo y lo compartimos para lo bueno y para lo malo, tanto la incomprensión y contradicción como la alegría y la felicidad.
Ayúdanos a regocijarnos en todo momento, incluso en las dificultades, porque eso significa que Tú estás con nosotros, para que comprendamos que todo cuanto realicemos de palabra o de obra implicará sacrificio, porque tus caminos no son nuestros caminos ni tu pensamiento es el nuestro y tú nos has dicho: “el que quiera seguirme tome su cruz y sígame”. Bendícenos, guárdanos y protégenos. Amén.
Un muy esperanzador fin de semana. Bendiciones y abrazos fraternos.
