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23-may.-2024, jueves de la 7.ª semana del Tiempo Ordinario

Jesucristo sumo y eterno Sacerdote

Por un nuevo día lleno de fe y esperanza, te damos gracias Señor y esperamos retribuirlo con nuestras buenas obras y acciones. 

Cuando llegaste, nuestro Sumo y Eterno sacerdote, hiciste una nueva alianza y ofreciste al Padre tu vida. Una vida de servicio a tus hermanos, indicándonos el camino a seguir: una vida de amor, de salvación, de sacrificio y de entrega generosa. En cada eucaristía renovamos esta única ofrenda, este único sacrifico tuyo, nuestro Sumo y Eterno sacerdote: “Tomad, este es mi cuerpo… Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos”. Hoy queremos prolongar este mismo sacrificio de entrega y generosidad haciendo el bien y cumpliendo la voluntad del Padre celestial. 

Padre de bondad y misericordia, danos tu Espíritu Santo para comprender toda la grandeza de ser sacerdotes a imagen de tu hijo, el Sumo y Eterno Sacerdote, testimoniando que tu nombre y el suyo Jesucristo son eternos; que, como sacerdotes, podamos celebrar el memorial de tu permanente presencia en medio de nosotros para que aprendamos a celebrar en tu presencia los sacramentos.

Ayúdanos, Señor, Eterno Sacerdote, a comprender que tú nos sigues alimentando como verdadero alimento y bebida celestial. Bendícenos, guárdanos y protégenos en tu amor y bondad. 

Un muy feliz jueves vocacional y sacerdotal.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.