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24-ene.-2023, martes de la 3.ª semana del Tiempo Ordinario

«Aquí estoy señor para hacer tu voluntad»

«Aquí estoy señor para hacer tu voluntad». Gracias, Señor, en este nuevo día porque comienza para nosotros en el cumplimiento de tu voluntad lo que tú quieres en este día que realicemos para nuestros hermanos gracias señor porque nos das la ocasión de ser generosos serviciales y amorosos.

Tú nos conoces y nos quieres; ocurra lo que nos ocurra estamos siempre en tus manos. A donde quiera que nos lleves, tú sabes bien a donde quieres que vayamos. Te pedimos, Señor, fe y confianza. Haz que tu voluntad sea nuestra, para que puedas conducirnos en fe y amor. En este martes pedimos que nuestra Madre santísima nos guíe y nos acompañe y con su auxilio nos conceda el don de su gracia; al recordar en este día san Francisco de Sales, resaltamos momentos de su vida: Quiso vivir una vida sencilla, como cualquier humano de a pie. Vistiendo ropa ordinaria se mezclaba con la gente en las calles, en el café de la esquina, en restaurantes… En sus escritos, especialmente en su famoso libro Introducción a la Vida Devota, nos mostró cómo cualquiera puede llegar a ser santo en el propio ambiente social y en el trabajo de cada día. Con santa Francisca de Chantal fundó la Orden de la Visitación. Él nos dice: "el hombre lleva inscrita en el más profundo de su ser la nostalgia de Dios y sólo en Él encuentra la verdadera alegría y su realización más plena amén". que estas palabras nos ayuden a seguir nuestro caminar de este día, sirviendo y amando con alegría. Amén

Un muy esperanzador día, lleno de buenas acciones y pleno de tu presencia. Feliz martes.

Reflexión

La gloria y la felicidad de María, de ser la madre de Cristo, alcanzan a todos en estas palabras del Señor: "Quien hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre". Indica así el parentesco espiritual que lo relaciona con pueblo que rescató. Sus hermanos y sus hermanas son los varones y las mujeres santas que son "coherederos con él de su herencia celeste" (Rm 8,17). Su madre es la Iglesia entera, porque ella es quien, por la gracia de Dios, da a luz a los miembros de Cristo, es decir, a los que le son fieles. Su madre es también toda alma santa, que hace la voluntad de su Padre y cuya caridad fecunda se manifiesta en aquellos a los que da a luz para Él... (san Ireneo de Lyon).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.