Al inicio del día que nos regalas, te damos gracias por el descanso reparador y las fuerzas con el que afrontaremos este día y esta semana, que nos abre a esperanzas y optimismos porque sabemos que estarás a nuestro lado y bendecirás cuanto emprenderemos. Bendícenos, guárdanos y protégenos en esta semana que iniciamos para que sea llena de satisfacciones y alegrías en el servicio, la fraternidad y la solidaridad.
Iniciamos nuestra semana con el ejemplo y testimonio de tantos santos que nos enseñan a seguir tus caminos y entregar el corazón generosamente. Hoy tenemos la memoria de san José de Calasanz, nacido en Aragón España En 1557. Se ordenó sacerdote y se dedicó a la instrucción de los muchachos pobres de Roma donde con pocos recursos fundó la primera escuela gratuita para los niños y los jóvenes; luego fundó la congregación de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías (los escolapios) para la catequesis, la evangelización y la educación de los jóvenes más necesitados. Fiel, firme y entregado en medio de sufrimientos de tradiciones y difamaciones. Murió a los 90 años el 25 de agosto de 1648; que san José de Calasanz nos ayude con su ejemplo a formar a nuestros jóvenes y niños, según el querer de Dios.
Feliz lunes.
Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)
* «Nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo, ricos y pobres, esclavos y libres, sanos y enfermos; y una sola es la cabeza de la que todo deriva: Jesucristo. Y como sucede con los miembros de un solo cuerpo, cada uno debe ocuparse de los demás, y todos de todos» (San Gregorio Nacianceno)
* «Dios —como un regalo— nos ha revelado su Santo Nombre: debemos guardarlo en la memoria, en un silencio de amorosa adoración. Sin embargo, de ninguna palabra se ha abusado tanto como de la palabra “Dios”» (Benedicto XVI)
* «La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 2111)
Oración introductoria
Padre del amor y de la bondad, Suscita con la presencia del Espíritu Santo, grandes proclamadores del Evangelio, que por su celo pastoral lleven a muchos a nuevas y definitivas relaciones de amistad contigo y
de fraternidad entre los hermanos.