Alegría, amanecer y día lleno de tu presencia señor te podemos dar gracias por este nuevo inicio que lo vamos llevando en día de descanso gracias, Señor, al término de nuestra semana porque hemos realizado nuestras obras y acciones según tu voluntad y según tu querer.
Gracias, señor, porque nos has querido enseñar el verdadero sentido y la balea la valía de tu palabra. El papa Francisco ha instituido este tercer domingo del tiempo ordinario como Domingo de la palabra, una palabra que es transformadora, esperanzadora, una palabra que llena de consuelo, que guía, que orienta y con la cual te damos gracias. Ahora es el momento de meditarla para que sea fructífera.
El mensaje que quieres transmitir mediante tu Palabra es una buena noticia para los desvalidos, un anuncio de libertad para los cautivos y los oprimidos, una promesa de salvación. Tu mensaje nos llena de esperanza a cada uno de nosotros.
Meditando tu Evangelio, que da solidez a nuestra fe, vemos que predicabas de manera distinta a los otros maestros: predicabas como quien tiene autoridad y sobre todo porque predicabas con obras, con el ejemplo, dando testimonio, incluso entregando tu propia vida. Igual hemos de hacer nosotros, no nos podemos quedar sólo en las palabras: hemos de concretar nuestro amor a Dios y a nuestros hermanos con obras, especialmente las Obras de Misericordia —siete espirituales y siete corporales—. Ayúdanos, Señor, para que tu Palabra nos siga motivando para que todo lo que hagamos de palabra y de obra, sea bendecido en tu amor. Amén.
Recordemos: “tu palabra me da vida, confío en ti Señor; Tu palabra es eterna y en ella esperaré”. Feliz y descansado Domingo.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús proclama: «El Espíritu del Señor sobre mí, […] me ha enviado para anunciar a los pobres la Buena Nueva» (v. 18) es decir un anuncio de leticia, de alegría. Buena Nueva: no se puede hablar de Jesús sin alegría, porque la fe es una estupenda historia de amor para compartir. Testimoniar a Jesús, hacer algo por los otros en su nombre, es decir entre las líneas de la vida haber recibido un don tan hermoso que ninguna palabra basta para expresarlo. Sin embargo, cuando falta la alegría, el Evangelio no pasa, porque este ―lo dice la palabra misma― es buena nueva, y Evangelio quiere decir buena nueva, anuncio de alegría. Un cristiano triste puede hablar de cosas muy hermosas, pero todo es vano si el anuncio que transmite no es alegre. Decía un pensador: “un cristiano triste es un triste cristiano”: no olvidar esto. (Audiencia general, 25 de enero de 2023)