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26-sep.-2025, viernes de la 25.ª semana del T. O.

...la integridad de la fe cristiana se da en la confesión de san Pedro, iluminada por la enseñanza de Jesús sobre... su modo... de ser el Mesías y el Hijo de Dios.

Especial y esperanzador amanecer que nos regalas: especial porque te tenemos a Ti y contamos con bienestar y salud y esperanzador porque confiamos en Ti, para amar y servir a nuestros hermanos, cumpliendo tu voluntad y la del Padre celestial. Tú nos preguntas a cada uno de nosotros hoy: «¿Quién soy yo para ti?».

Perdona nuestras palabras balbucientes —y a veces dudosas— en nuestras respuestas, ellas no nos impiden decirte con amor y gratitud que te damos gracias, porque nos has mostrado cuán bueno eres Tú y cuánto nos amas. Te damos gracias porque has aparecido en la fragilidad de nuestra condición humana y en tu bondad, nos has otorgado reconciliación y nueva vida. Continúa, Señor, dándole sentido a nuestras vidas porque te reconocemos como Nuestro Señor y Salvador. Que seamos nosotros, con nuestra vida, tu palabra de perdón, libertad y alegría; que seamos tu rostro que refleje la tristeza y las esperanzas de todos. Que seamos tus manos tendidas hacia el otro en señal de amistad, y que así crezcamos en tu conocimiento y esperanza. 

Permítenos responder a tu pregunta: «¿Quién soy yo para ustedes?» ¿Qué significo para ustedes? Que nuestra respuesta sea: tú eres todo para nosotros. Solo tú eres quien da sentido pleno a nuestras vidas. Eres nuestra luz en la oscuridad, el agua fresca que refresca nuestra sed de amor y de tu presencia. Eres nuestra compañía en la soledad y la tristeza. ERES TODO PARA NOSOTROS. 

Los santos Cosme y Damián, a quienes recordamos en este día, ejercieron la medicina en Siria, sanando a muchos con sus servicios gratuitos y sufrieron el martirio en Kyros en la persecución de Diocleciano, a comienzos del siglo IV, condenados a la lapidación, las piedras saltaban contra los perseguidores, las flechas saltaban también contra los perseguidores; recurrieron a la espada para la decapitación, honor reservado a los ciudadanos romanos y así dieron testimonio de Cristo junto con otros hermanos. Supieron responder a la pregunta que Jesús había hecho y la respondieron con actitudes de humildad y sencillez. Que su ejemplo de servicio sea para nosotros un aliciente. Amén. 

Un muy acompañado y refrescante viernes para todos. Bendiciones abundantes 

 

LAS PALABRAS DE LOS PAPAS

En los evangelios sinópticos, a la confesión de san Pedro sigue siempre el anuncio por parte de Jesús de su próxima pasión. Un anuncio ante el cual Pedro reacciona, porque aún no logra comprender. Sin embargo, se trata de un elemento fundamental; por eso Jesús insiste con fuerza. En efecto, los títulos que le atribuye san Pedro —tú eres "el Cristo", "el Cristo de Dios", "el Hijo de Dios vivo"— sólo se comprenden auténticamente a la luz del misterio de su muerte y resurrección. Y es verdad también lo contrario: el acontecimiento de la cruz sólo revela su sentido pleno si "este hombre", que sufrió y murió en la cruz, "era verdaderamente Hijo de Dios", por usar las palabras pronunciadas por el centurión ante el Crucificado (cf. Mc 15, 39). Estos textos dicen claramente que la integridad de la fe cristiana se da en la confesión de san Pedro, iluminada por la enseñanza de Jesús sobre su "camino" hacia la gloria, es decir, sobre su modo absolutamente singular de ser el Mesías y el Hijo de Dios. Un "camino" estrecho, un "modo" escandaloso para los discípulos de todos los tiempos, que inevitablemente se inclinan a pensar según los hombres y no según Dios (cf. Mt 16, 23). También hoy, como en tiempos de Jesús, no basta poseer la correcta confesión de fe: es necesario aprender siempre de nuevo del Señor el modo propio como él es el Salvador y el camino por el que debemos seguirlo. (Papa Benedicto XVI, Homilía Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, 29 de junio de 2007)

ORACIÓN 

Señor Jesús, Tú, que revelaste a los discípulos quién eres realmente, me invitas también a reconocer con mis labios y con mi vida que Tú eres el Cristo de Dios, el Salvador del mundo. No basta con decirlo de palabra, necesito afirmarlo con mis obras, con la manera en que trato a mis hermanos, con la fidelidad de mi entrega cotidiana. Amén.

Reflexión fue escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.

El Evangelio de hoy nos recuerda que no es suficiente con saber lo que otros dicen de Jesús. La fe no se recibe por herencia, ni por ir a Misa los domingos, no se toma prestada de lo que leemos en redes sociales o sirve solo para un momento determinado en nuestra vida. 

Piensa cuál sería tu respuesta si Jesús te preguntara hoy ¿Quién es Él para ti? Si crees que Jesús es el Mesías, ¿estás viviendo esa verdad? Si hay áreas de tu vida que aún no le has entregado, identifícalas y, en oración, pídele a Dios que te dé la fuerza para entregárselas.  

Si aún no tienes una respuesta clara, dedica más tiempo a conocerlo personalmente, no te conformes con lo que has visto o lo que te hayan dicho. Descubre a Jesús por ti mismo: busca un curso de evangelización fundamental en tu parroquia, acércate a personas que conoces y que viven su vida de manera cristiana y congruente: pídeles que te compartan el camino que han seguido; fórmate y prepárate más para conocer tu fe. Pide a Dios que se te revele de una manera nueva y personal. 

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.