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30-mar.-2024, Sábado Santo

Hoy en este Sábado Santo que comienza a vislumbrar el horizonte del Sol que resucita, más que una Oración hagamos una reflexión con corazón agradecido por este momento que vivimos: Cuando el amor encara con valentía la muerte y el fracaso, no se pierde, se siembra. Al fin y al cabo, el amor tiene vocación de fortaleza y de fecundidad: de ahí que nos quede confiar en que tu volverás a pronunciar sobre la tumba tu palabra amorosa y esperanzadora, porque ninguna semilla da fruto de repente: tampoco la del amor, que ha de aquilatarse y moldearse en el fuego de la paciencia y el cuidado. Hay que amar el amor. Hay que abrigar el amor. Hay que sufrir el amor. Hay que arar el amor. Hay que recoger el amor. Hay que anhelar el amor. Hay que alentar el amor. No se pasa de la noche oscura al sol de mediodía sin resistir la oscuridad, desear el alba y madurar la mañana.

Por eso, la bondad definitiva del Padre Celestial, que te resucita como sol que naces de lo alto, se adivina ya en el horizonte del amanecer. Allí estamos los discípulos, aguardando; Porque el amor de Dios llena todos los corazones. Hoy será la noche de la transformación. Del paso de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. De la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios. Del hombre viejo al hombre nuevo. Gracias por esta noche Santa en que sentimos renacer el amor, las ilusiones, la esperanza y el deseo de servicio. Gracias por estos días Santos y por llenar nuestros caminos de las huellas de la bondad, la misericordia y la solidaridad. Que nuestros corazones renovados recuerden en todo momento, que nos amaste, nos amas y nos amarás hasta el extremo, para que nosotros hagamos lo mismo con nuestros hermanos. Que siga siendo un Santo sábado donde nos hemos levantado a cumplir tu voluntad. Esperaremos ansiosamente tu Resurrección para sentirnos renovados en amor, servicio, fraternidad y solidaridad. Amén.

Un muy feliz fin de mes con corazón agradecido y un muy esperanzador comienzo de mes con corazón bendecido y lleno de felicidad.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.