Damos gracias al clarear de este nuevo día, por despertar y saber que tenemos la ocasión de poder realizar lo que nos propondremos y hacerlo con alegría y optimismo.
«Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio». Hoy sea día para que tomes nuestras manos, nuestros pies, nuestra voz y que seamos instrumentos de tu amor y tu misericordia. Nuestro amor y servicio en este día sea para anunciar la alegría del evangelio.
Honramos hoy a tu gran apóstol Andrés, un buscador de Dios que siguió primero a Juan el Bautista y cuando él señaló tu presencia te siguió a ti. Trajo a varias personas a tu presencia: a su hermano Pedro, a algunos griegos que te buscaban; en la multiplicación de los panes se dio cuenta del muchacho que tenía los panes y los peces y lo acercó a ti.
Haz que, guiados por él, te busquemos sin descanso y con nuestro testimonio llevemos a nuestros hermanos hacia ti. De modo que tú sigas siendo nuestra vida y confianza y como él traigamos a los que podamos, por nuestra forma de vivir y proceder según tu voluntad y la del Padre Celestial. No permitas que por egoísmo te guardemos sólo para nosotros mismos, sino que te compartamos con todos a nuestro a lado con las riquezas de tu amor y tu perdón, de tu misericordia y compasión.
Concédenos la alegría de saber en nuestros corazones que como verdaderos discípulos del Señor vivimos en felicidad y optimismo, porque tú estás a nuestro lado y en nuestro diario vivir se hacen realidad las palabras del apóstol Pablo: «nadie que cree en él quedará defraudado» y «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará». Señor, abre los oídos de nuestro corazón para escuchar tus palabras: VEN: hoy quiero guiar tus pasos, quiero caminar contigo, quiero enviarte a servir. SÍGUEME: no te desvíes del camino que te voy señalando, no dejes que las preocupaciones te alejen de mí. VE a mis hermanos y anúnciales mi presencia. Que Nuestra Madre Santísima Reina de los Apóstoles nos acoja en su Santo Regazo y sea nuestro auxilio ahora y siempre.
Al terminar este mes que por tu bondad y misericordia nos has regalado, lo único que tenemos es darte gracias por todos los momentos vividos y compartidos; las alegrías que fueron muchísimas y las mínimas dificultades que llevamos. Por todo: gracias Señor. Amén.
Día pleno de amor y de esperanza. Feliz día santificado en el amor del Señor. “Seamos pescadores de ilusiones y ante todo de esperanza”.