Al término de esta semana sólo podemos tener un corazón agradecido por todo lo que de tus manos hemos recibido: misericordia, amor, generosidad y sobre todo tu presencia.
Señor, Zaqueo, un hombre pequeño, física y moralmente, que va en tu búsqueda; para su sorpresa, Tú adivinas el hambre espiritual en el corazón de este hombre y te diriges a él. Queremos reconocer humildemente nuestra pequeñez, para que tú nos invites a caminar y a quedarte con nosotros para hacernos grandes en amor y en bondad.
Señor, Somos pequeños ante ti, pues somos conscientes de que somos pecadores. Te bendecimos porque nos traes con agrado Tu alegría y tu perdón.
Hazte cercano a nosotros, igual que a Zaqueo, de forma que transformes nuestras actitudes y nuestras vidas. Ayúdanos a compartir con nuestros hermanos tu misericordia, tu perdón y tu amor; ante todo, líbranos de la soberbia que nos induce a admirarnos tontamente de nosotros mismos pensando que somos grandes y nos hace despreciar con frecuencia a personas que ansían una sonrisa, esperan una palabra amable, o que buscan un signo de simpatía y amistad.
No permitas que pasemos a su lado con ojos ciegos como quien no ve. Concédenos oído agudo y corazón sensible para oír y comprender su súplica silenciosa que busca apoyo y ayuda, tal como tú lo hiciste. Gracias y ojalá hoy escuchemos tus palabras: «es necesario que hoy me hospede en tu casa y.…Hoy ha sido la salvación a esta casa».
Te bendecimos, te adoramos y te damos gracias. Feliz descanso y un domingo familiar compartido en armonía y deseos de servicio y fraternidad.
Oración dominical de agradecimiento
Señor, hoy domingo, día de descanso santificado por Ti, quiero darte gracias una vez más por estar siempre a mi lado, por la fe que me has dado para que, en momentos difíciles, caminara en el sendero de la verdad firme en tu amor.
Gracias, mi Dios por regalarme una semana colmada de bendiciones y por ayudarme a entender que las pruebas que se me presentan en el camino sólo son para hacerme más fuerte.
Gracias por mi salud, por mi familia, por mi empleo, por mi hogar, por mis finanzas; gracias, Señor por permitirme amarte cada día más.
Crea en mí un corazón lleno de bondad, humildad y justicia para actuar siempre en honor a ti. Te lo pido Señor.
Amén.
Oración de Paz y Calma
«Yo bendigo al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye mi conciencia. Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro» (Salmo 16,7-9).