En la esperanza que nos regala este nuevo día, demos gracias a Dios por la vida la salud y el bienestar con que iniciamos nuestro caminar. Que hoy veamos con los ojos del corazón y alegremos con palabras de esperanza a nuestros hermanos para que todo lo que realicemos sea bendecido por el Señor.
“¡Venga y vean!”, les dijiste a los dos discípulos de Juan, que tenían curiosidad sobre Ti. Fueron y vieron lo que tú querías que vieran. Ojalá nosotros pudiéramos decir lo mismo hoy a nuestros hermanos y mostrarles cómo estás presente en medio de nosotros. Señor, Tú pasas como el Cordero salvador, pero con frecuencia no nos percatamos de tu presencia. Danos ojos de fe para que percibamos tu misericordia en el amor y compasión de los hermanos que nos rodean, en su ánimo y en su ayuda, en su interés y compromiso por amar desde el corazón. Andrés abrió su corazón y conoció dónde estaba el verdadero amor; compartir esta alegría con nuestros hermanos, es también la que tuvo él para compartirla con Pedro. Permítenos ser verdadera luz que irradie alegría y esperanza en los lugares que recorramos este día.
Un muy feliz y comunicativo miércoles reconociéndote como El Cordero de Dios. Abrazos y bendiciones.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Detengámonos un momento en esta experiencia de encuentro con Cristo que nos llama a estar con Él. Cada llamada de Dios es una iniciativa de su amor. Siempre es Él quien toma la iniciativa, Él te llama. Dios llama a la vida, llama a la fe, y llama a un estado de vida particular. “Yo te quiero aquí”. La primera llamada de Dios es a la vida; con ella nos constituye como personas; es una llamada individual, porque Dios no hace las cosas en serie. Después Dios llama a la fe y a formar parte de su familia, como hijos de Dios. Finalmente, Dios nos llama a un estado de vida particular: a darnos a nosotros mismos en el camino del matrimonio, en el del sacerdocio o en el de la vida consagrada. Son maneras diferentes de realizar el proyecto que Dios, ese que tiene para cada uno de nosotros, que es siempre un plan de amor