Pasar al contenido principal

4-nov.-2025, martes de la 31.ª semana del T. O.

Concédenos un corazón nuevo, capaz de aceptar tu invitación al gran festín de tu Reino

Nos regalas un esperanzador y bendecido despertar con el que iniciamos nuestra cotidianidad. Con ánimos y energías renovadas, Señor, queremos que nos ayudes a hablar bien de todos, pensar bien de todos y hacer el bien a todos, como Tú nos has enseñado. 

Pablo nos ayuda a comprender tu misterio de amor y cómo debemos compartir lo mucho o poco que nos has dado, porque no todos tenemos el mismo carisma, la misma función, pero todos contribuimos al bien común si aportamos los dones de gracia que nos has concedido con generosidad. Por ello no debe haber rivalidades entre nosotros, porque todos formamos un solo cuerpo, y tanto en el que predica, como en el que preside, en el que reparte limosna o en el que exhorta debe sobresalir el empeño, la ilusión, la sencillez, el deseo de servir, poniendo alma, vida y corazón en todo. 

Dijiste, Señor, a santa Catalina: “Todo lo he dado diversificadamente, que no lo he concedido todo a uno, para que por fuerza os veáis obligados a ejercitar la caridad unos con otros”. Gracias, Señor, porque nos amas, porque nos llamas y tu amor misericordioso sana todas nuestras dolencias. No permitas que seamos sordos a tu invitación o saquemos disculpas. Concédenos un corazón nuevo, capaz de aceptar tu invitación al gran festín de tu Reino. Amén. 

Un muy feliz y optimista martes y un muy feliz inicio de semana laboral. El Señor nos bendiga abundantemente. 

ORACIÓN 

Señor, te agradezco por invitarme nuevamente a tu mesa, donde la misericordia se sirve sin medida. Cuántas veces he estado tan ocupado en mis propios asuntos y tan distraído con las cosas del mundo, que he dejado vacía la silla que tú habías preparado para mí. Pero hoy quiero acudir con el corazón dispuesto, porque tus manos siempre están extendidas esperando mi respuesta. Amén.

Reflexión del Evangelio fue escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.

El pasaje del Evangelio de hoy nos describe una de las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios. Jesús nos habla por medio de una parábola del banquete que prepara un hombre y cómo éste es despreciado por todos sus invitados. 

Esta cita nos quiere hacer ver varios puntos sobre la invitación que nos hace Dios a participar del Reino. Dios, como el hombre de la parábola que preparó el banquete, hace una invitación gratuita a todos, sin excepción; durante toda nuestra vida, Él se ocupa de enviarnos avisos de que todo está listo para sentarnos a la mesa a disfrutar el banquete. 

Por diferentes circunstancias de nuestra vida, ponemos muchas excusas y no nos damos tiempo de acudir al llamado. Muchas veces le damos más importancia a nuestros intereses personales y materiales: los negocios, el éxito, la fama, el descanso, y despreciamos la oportunidad que nos da Dios de acudir a este banquete y vivir una vida de felicidad en unión con Él. 

Dios, hoy te hace de nueva cuenta la invitación, de manera personal, a participar del banquete de su Reino. No sé, quizá seas uno de los que hoy tenga una buena excusa para no ir: mucho trabajo, preocupaciones, problemas de salud, o creas que tú no mereces su invitación al banquete del Reino.  Si fuera así, quiero decirte que precisamente hoy Dios te está llamando y quiere que tú participes del Reino, que veas su invitación como un regalo especial porque Él te ama y quiere que sientas su amor.

Hazle caso a esa persona que te ha invitado tantas veces al grupo parroquial, al que te invita a que lo acompañes a Misa o a un retiro espiritual. Acepta esta invitación hoy, no dejes pasar más tiempo ni dejes que se te haga tarde. 

Pregunta:

¿Qué tipo de excusas suelo poner para no responder plenamente al llamado de Dios?

Cita bíblica del día.

"Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura" (Mateo 6,33).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.