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5-mar.-2024, martes 3.º de Cuaresma

Cuaresma2024día21

Felices por este despertar, te damos gracias por la vida, por poder contemplar éste amanecer, por oír el trinar de las aves y ver có

Felices por este despertar, te damos gracias por la vida, por poder contemplar éste amanecer, por oír el trinar de las aves y ver cómo el sol disipa las tinieblas. Gracias, Señor.

Las tensiones entre nosotros surgen porque olvidamos el perdón que el Padre siempre nos da y que se convierte en una fiesta cuando volvemos a casa. Si experimento la misericordia de Dios no puedo andar calculando si debo perdonar y acoger al hermano que me ha ofendido. Si he pedido perdón desde lo profundo de mi ofensa, consciente del agravio que he causado a tu proyecto, a mis hermanos y a mí mismo, brota la alegría de volver a empezar de cero. Perdono al hermano porque antes me ha perdonado el Padre. Este manantial de perdón llega a mí cada día y hace posible mi regreso, porque vivo en la certeza de que el Padre me espera; cuando nos alcanzamos a ver, él corre, me abraza, me viste con ropa nueva y hace una fiesta porque estoy vivo. Siempre es así mi regreso.

Señor, nos consideramos a nosotros mismos como tus elegidos, porque nos consideramos signo de reconciliación. ¡Señor, ayúdanos para que descubramos qué pobres somos! Con cuánta frecuencia te fallamos al perdonar quizás sólo por un acto de condescendencia, como si hiciéramos un gesto de gran favor a los que buscan reconciliarse con nosotros. Enséñanos a perdonar de la misma manera y con la misma amplitud y generosidad con que tú nos perdonas: totalmente, sin condiciones, desde la bondad de nuestros corazones.

Danos esta grandeza de corazón de Padre misericordioso y de Ti como nuestro Salvador. No apartes de nosotros tu misericordia, danos fortaleza y humildad, para perdonar de corazón y no guardar rencor en nuestro corazón y aprender de Ti y del Padre celestial, que siempre nos perdonan y olvidan nuestras ofensas. A ti Señor te pedimos que podamos escuchar tus palabras: “TAMPOCO YO TE CONDENO, VETE EN PAZ Y NO VUELVAS A PECAR”.

Feliz y reconciliador martes.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

La parábola de hoy nos ayuda a comprender plenamente el significado de esa frase que recitamos en la oración del Padre nuestro: «Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mt 6, 12). Estas palabras contienen una verdad decisiva. No podemos pretender para nosotros el perdón de Dios, si nosotros, a nuestra vez, no concedemos el perdón a nuestro prójimo. Es una condición: piensa en el final, en el perdón de Dios, y deja ya de odiar; echa el rencor, esa molesta mosca que vuelve y regresa. Si no nos esforzamos por perdonar y amar, tampoco seremos perdonados ni amados. Encomendémonos a la maternal intercesión de la Madre de Dios: que Ella nos ayude a darnos cuenta de cuánto estamos en deuda con Dios, y a recordarlo siempre, para tener el corazón abierto a la misericordia y a la bondad. (Ángelus, 13 de septiembre de 2020)

PÍLDORAS DE FE

Oración de preparación

Señor Dios, gracias por renovar tu misericordia sobre mí en cada nuevo amanecer, por proveerme de tantas cosas, por tu acción amorosa en mi vida y por darme el maravilloso regalo de la vida. Gracias por enseñarme hoy, por medio de tu Palabra, que, perdonando, es como voy amando. Ayúdame a amar más y mejor cada día. Amén.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.