Por la fe que hemos recibido, que bueno poder decir en este día: gracias, Señor, por tantas cosas hermosas como nos has dado al terminar esta primera semana del año que hemos iniciado; hoy, más que nunca, reconocemos que vienen de Ti. Gracias por el don de la vida, por las personas que hoy podré saludar, por las familias unidas en el amor, por los esposos que llevan adelante y con optimismo su vida de amor, por los hijos que tenemos corazón agradecido para saber cuánto vale el amor de los padres, por nuestros trabajos y actividades, pocos o muchos pero nos das la oportunidad de podernos realizar. Pero ante todo, Señor, gracias por estar a nuestro lado a cada momento de nuestras vidas. Sabemos que tus palabras nos animan y hacen que nuestra confianza sea plena en Ti. Hoy tu Palabra nos llena de fe y confianza, primero en boca de Juan, «detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco desatarle la correa de sus sandalias»; luego, el Padre celestial: «Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco».
Qué hermoso iniciar muestra jornada de este día cumpliendo tu voluntad en esas palabras que marcan el inicio de tu camino de amor y servicio. Para cumplirlas, sabemos que tu vida es de generosidad y entrega haciendo el bien, especialmente a los más necesitados. Hoy nos colocamos en tu presencia; no tenemos miedo a afrontar las labores de este día, porque sabemos que serán bendecidas y multiplicadas en tu amor. Gracias, Señor. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos. Amén.
Feliz y servicial viernes, de generosidad y servicio.