Al escuchar el trino de las aves y comenzar a ver el clarear de un nuevo día se alegra nuestro corazón y nos levantamos alegres para darte gracias con nuestras buenas obras y acciones a nuestros hermanos. Señor, tú vas como nuestro compañero de camino para renovarnos. Guíanos hacia adelante aquí y allá cuando tratemos de ir poniendo parches sobre lo viejo; calma nuestra impaciencia cuando tratamos de meter prisa a las personas y a las cosas por encima de su capacidad. Llévanos hacia adelante por el camino de tu palabra. Ayúdanos a vivir una nueva vida, hacer todo lo posible para hacer nuevo y mejor nuestro mundo: en justicia, amor y compasión. Concédenos esta actitud y fortaleza para llevar adelante tus planes y el cumplimiento de la voluntad del Padre. “Enséñanos, Señor, a aceptar el dolor de tener que dejar atrás lo que nos es familiar. Dasarráiganos de nuestras actitudes establecidas y guía nuestros pasos vacilantes hacia tu nuevo futuro”. Danos la gracia de echar el vino nuevo de las ilusiones y las esperanzas en ODRES de amor, generosidad y fraternidad. Permítenos, Señor, que el nuevo ayuno que tú quieres no sea un ayuno fingido para que los demás nos vean, sino que sea un ayuno de felicidad y de abstenernos de todo lo negativo para vivir un ayuno de fraternidad, solidaridad y servicio. Amén.
Bendecido fin de semana. A vino nuevo, odres nuevos; a lo negativo, mucho optimismo; a la tristeza, mucha alegría; a la desesperanza, mucha esperanza. Muy feliz y compartido fin de semana, sobre todo en familia y no olvidemos hoy nuestro rosario de Aurora y nuestra eucaristía de acción de gracias.
Pensamientos para el Evangelio de hoy https://evangeli.net/evangelio
* «El ayuno es el timón de la vida humana y rige toda la nave de nuestro cuerpo» (san Pedro Crisólogo)
* «A vino nuevo, odres nuevos. Y por esta razón la Iglesia nos pide, a todos nosotros, algunos cambios, nos pide dejar a un lado las estructuras perecederas: ¡No sirven! Y tomar otras nuevas, las del Evangelio» (Francisco)
* «Los laicos cumplen también su misión profética evangelizando, con ‘el anuncio de Cristo comunicado con el testimonio de la vida y de la palabra’. En los laicos, esta evangelización ‘adquiere una nota específica y una eficacia particular por el hecho de que se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo’ (Concilio Vaticano II)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n- 905)