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6-jun.-2024, jueves de la 9.ª semana del Tiempo Ordinario

«El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas»

En fe y esperanza, en alegría y optimismo despertamos en esta mañana y te damos gracias. Lo hacemos con la plena seguridad de que será un día fabuloso, porque lo emprendemos en tu nombre y con tu presencia. Permite que nuestras palabras sean esperanzadoras, nuestras obras llenas de alegría, nuestros sentimientos sean generosos como los tuyos y, sobre todo, lo más grandioso, contar con tu presencia. Si todo esto nos concedes, no iremos en nuestro caminar con pensamientos negativos ni preguntas que a veces no tienen respuesta.

¿Qué me pides en este día?, ¿cuál es tu voluntad para mí?, ¿qué decisión tomar frente a mis asuntos?, ¿cómo elegir lo más importante?... Cada uno podemos poner nuestras preguntas. Tú escuchas y amas y nos pides hacer lo mismo: amar sin medida, escuchar y abrir el corazón y los sentimientos a nuestros hermanos; amar como tú nos amas y servir como tú nos sirves. No hay mandamiento mayor ni más generoso porque todo viene de ti. Amén. 

Te amo, Señor, con todo mi corazón, con toda mi alma y mi ser. Amémonos con estos mismos sentimientos. Un muy amoroso, servicial y vocacional jueves para todos. 

Pensamientos para el Evangelio de hoy (evangeli.net)

* «Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es amarte eternamente... Dios mío, si mi lengua no puede decir en todos los momentos que te amo, quiero que mi corazón te lo repita cada vez que respiro» (san Juan María Vianney).

* «Si el amor de Dios ha echado raíces profundas en una persona, ésta es capaz de amar también a quien no lo merece, como precisamente hace Dios respecto a nosotros» (Benedicto XVI).

* «Nosotros debemos necesariamente aceptar sus palabras y tener en Él una fe y una confianza completas. Él es todopoderoso, clemente, infinitamente inclinado a hacer el bien. ¿Quién podría no poner en Él todas sus esperanzas? ¿Y quién podrá no amarlo contemplando todos los tesoros de bondad y de ternura que ha derramado en nosotros?» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2086)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.