Muy buenos y bellos días y hermoso amanecer, para darle gracias a Dios por el Ser más hermoso, y tierno que Él nos pudo regalar: la mujer. Feliz y bendecido día para todas.
“Escuchen mi voz”, dice Dios por medio de Jeremías y después se queja de que el pueblo de Dios no quiere escuchar. Sucede lo mismo con nosotros, que muchas veces solo nos escuchamos a nosotros mismos y seguimos nuestros propios caminos, de modo que nuestras obras no hablan tu lenguaje. Nuestros corazones están divididos entre nuestra voluntad y la voluntad del Padre.
Hoy, el evangelio nos muestra que curas a un hombre mudo. Peor que cualquier sordo o mudo o ciego son los que no quieren o no queremos ni oír ni ver, o que no queremos hablar con sinceridad. Y con negativismos no te podemos seguir.
Permítenos, Señor, escuchar tu voz que nos invita a recorrer el camino seguro del amor y del servicio, de la entrega y la disponibilidad y ante todo de la obediencia. Queremos aprender de ti tu manera de revelar a todos tus amores salvadores. Queremos estar siempre a tu lado, amar como tú nos amas y —ante todo— vivir en armonía. Hoy te pedimos que el ejemplo de las santas Perpetua y Felicidad, con su testimonio de valentía y confianza en ti, nos ayude a no desfallecer por nuestras debilidades, sino a sentirnos con verdadera fuerza para proclamar las grandezas de tu amor. Estas dos mujeres, la una rica e instruida y la otra humilde y sencilla sirvienta, jóvenes esposas y madres, que en la flor de la vida prefirieron renunciar a los goces de un hogar, con tal de permanecer fieles a Jesucristo, ¿qué nos enseñarán a nosotros? Ellas sacrificaron un medio siglo que les podía quedar de vida en esta tierra y llevan más de 17 siglos gozando en el paraíso eterno. ¿Qué renuncias nos cuesta a nosotros? ¿En verdad, ser amigos tuyos nos cuesta alguna renuncia? Tú, Señor, sabes pagar muy bien lo que hacemos y renunciamos por Ti y por el evangelio.
En este día te pedimos que guardes y protejas en tu bondad y amor a todas las mujeres, especialmente a nuestras madres, abuelas, esposas, tías, hermanas, amigas, cuñadas. Que sigan teniendo esa dulzura y ternura que es su mayor riqueza.
Gracias por nuestras madres, que nos enseñaron a caminar y amar, por sus sacrificios y desvelos, por tener algo de Dios, por su generosidad. Gracias por las esposas, modelo de entrega y disponibilidad y abnegada fidelidad en sus hogares, ejemplo de entrega y responsabilidad. Gracias por nuestras hermanas, por su entrega y cariño, por ese don especial de ser madres y hermanas, porque nos ayudan y protegen; son angelitos hermosos que tú has colocado a nuestro lado. Gracias por nuestras cuñadas. Gracias por la mujer amiga, por su entrega incondicional, por su amistad y por ser en ocasiones esas buenas consejeras y confidentes. Gracias por la mujer que es sobrina por su ternura, por su sencillez y entrega incondicional. En fin, gracias por la mujer tierna, bondadosa y amorosa que en cada etapa de sus vidas nos regalan ese tierno y caluroso abrazo y ese te quiero sincero.
FELIZ DÍA LLENO DE BENDICIONES, DE TERNURA Y DE COSAS HERMOSAS. El Señor las bendiga y las siga colmando de sabiduría y paciencia.
NOTA: sé que estaré un día adelantado para felicitar a todas las mujeres en cada uno de los grupos que tengo en mi WhatsAppp, pero quiero hacerlo recordando a las Santas Perpetua y Felicidad, que son ejemplo lindo de fe y confianza en el Señor. Las abrazo las bendigo.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Nosotros podemos hacernos la pregunta: ¿yo vigilo sobre mí? ¿Sobre mi corazón? ¿Sobre mis sentimientos? ¿Sobre mis pensamientos? ¿Custodio el tesoro de la gracia? ¿Custodio la presencia del Espíritu Santo en mí?». Si no se custodia, «llega otro que es más fuerte y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín». «Jesús lucha contra el diablo»; «quien no está con Jesús está contra Jesús» y «la vigilancia». Hay que tener presente que «el demonio es astuto: jamás es expulsado para siempre, sólo lo será el último día» (…) «Pidamos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él ha venido a luchar por nuestra salvación, Él ha vencido al demonio». (Homilía Santa Marta, 11 de octubre de 2013)
PÍLDORAS DE FE
Oración de preparación
Querido Jesús, quiero pedirte que toques mi corazón y lo hagas libre de temores, para que todo cuánto haga, piense y actúe, esté completamente lleno de Ti. Dame de tu sabiduría para perseguir siempre el bien, para ser honesto, sincero, transparente. Gracias por no dejarme solo. Amén.