Pasar al contenido principal

8-abr.-2024, lunes de la 2.ª semana de Pascua

Solemnidad de la Anunciación del Señor

Hermoso amanecer al inicio de nuestra semana, Señor, para darte gracias y sentirnos bendecidos al celebrar a Nuestra Madre Santísima y ponernos en su santo regazo.

Tú, Madre de la ternura, eres la de corazón abierto y disponible para recibir del ángel las palabras que te turban; aunque de entrada no lo entiendes todo, eres la que acoge y confía y que, en vez de exigir o pedir, te ofreces y colaboras. Eres la Inmaculada y llena de gracia, con capacidad para abrirte a la llamada de Dios, para acoger su palabra y ponerte a su disposición. Por eso, te vemos como la cumplidora de la voluntad de Dios, la obediente de la palabra. Tú dijiste sí por todos nosotros, para que el Señor pudiera estar también con nosotros. Te damos gracias, Madre, por ser nuestro auxilio y nuestra intercesora, enseñarnos a cumplir la voluntad del Padre celestial.

Al iniciar esta Semana te pedimos que bajo tu amparo nos guardes y allí en tu santo regazo permanezcamos. A ti, Señor, te pedimos que nos bendigas y guíes nuestras acciones y que sean tus palabras la fuente de inspiración para hacer el bien a nuestros hermanos. Feliz y santo inicio de semana y a vivirlo con alegría y optimismo, con generosidad y cariño.

AQUÍ ESTÁ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA

ORACIÓN

Bendita porque creíste en la Palabra del Señor, porque esperaste en sus promesas, porque fuiste perfecta en el amor.

Bendita por tu caridad premurosa con Isabel, por tu bondad materna en Belén, por tu fortaleza en la persecución, por tu perseverancia en la búsqueda de Jesús en el templo, por tu vida sencilla en Nazaret, por tu intercesión en Caná, por tu presencia maternal junto a la cruz, por tu fidelidad en la espera de la resurrección, por tu oración asidua en Pentecostés.

Bendita eres por la gloria de tu Asunción a los cielos, por tu maternal protección sobre nosotros, por tu constante intercesión por toda la humanidad.

¡Santa María, Madre de Dios!

Queremos consagrarnos a ti porque eres Madre de Dios y Madre nuestra, Porque tu Hijo Jesús nos confió a ti, porque has querido ser Madre de todos nosotros.

nos consagramos a ti: por nuestro servicio a imitación del Buen Pastor; por los niños; por los enfermos, los pobres, los encarcelados, los perseguidos, los huérfanos, lo desesperados, los moribundos.

A tu amor maternal nos acogemos y consagrados a tu ternura y cuidado nos encomendamos. Amén.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.