Hermoso amanecer al inicio de nuestra semana, Señor, para darte gracias y sentirnos bendecidos al celebrar a Nuestra Madre Santísima y ponernos en su santo regazo.
Tú, Madre de la ternura, eres la de corazón abierto y disponible para recibir del ángel las palabras que te turban; aunque de entrada no lo entiendes todo, eres la que acoge y confía y que, en vez de exigir o pedir, te ofreces y colaboras. Eres la Inmaculada y llena de gracia, con capacidad para abrirte a la llamada de Dios, para acoger su palabra y ponerte a su disposición. Por eso, te vemos como la cumplidora de la voluntad de Dios, la obediente de la palabra. Tú dijiste sí por todos nosotros, para que el Señor pudiera estar también con nosotros. Te damos gracias, Madre, por ser nuestro auxilio y nuestra intercesora, enseñarnos a cumplir la voluntad del Padre celestial.
Al iniciar esta Semana te pedimos que bajo tu amparo nos guardes y allí en tu santo regazo permanezcamos. A ti, Señor, te pedimos que nos bendigas y guíes nuestras acciones y que sean tus palabras la fuente de inspiración para hacer el bien a nuestros hermanos. Feliz y santo inicio de semana y a vivirlo con alegría y optimismo, con generosidad y cariño.