Hoy te damos gracias, Señor, por la manifestación de tu amor, ya que podemos admirar la grandeza de tu misericordia al mostrarnos tu presencia representada en los magos que te adoraron y que te ofrecieron los mejores tesoros: su presencia como representación de tantas personas y su oro, incienso y mirra como lo material de mayor riqueza.
No tenemos oro para ofrecerte, sino la mirra pobre de nuestros corazones y el incienso de nuestra acción de gracias y alabanza. Llénanos con tu presencia y que seas la luz que guíe nuestros pasos vacilantes. Y que nosotros, por nuestra parte seamos humildes luces, también, que muestran a todos los que las vean el camino hacia la luz del mundo, que eres tú.
Que la estrella de tu paz aparezca sobre todos los que creemos en ti y sobre todos los que, te buscan con sincero corazón.
Que con tu luz aprendamos a amarnos y a servirnos unos a otros y a compartir la alegría de tu paz, deseosos todos de acogerla en nuestro corazón.
Que tu luz brille sobre nosotros y que nuestra esperanza y alegría reflejen esta luz, para que mostremos su bondad y su paz para que todos las puedan ver y acoger.
Que sigamos conociéndote más profundamente y así darle a conocer a otros, especialmente por la forma como vivimos su evangelio. Gracias Señor por ser la Estrella que ilumina nuestro caminar y darnos la ocasión de dar testimonio al igual que los Reyes Magos y los pastores. Que el mejor regalo sea nuestro corazón generoso, el servicio desinteresado, y la confianza puesta en ti. Te adoramos, te bendecimos te glorificamos y en ti confiamos. Amén.
Feliz puente para todos.