Nace un nuevo día y despertamos en alegría y optimismo para afrontar las nuevas aventuras que nos deparará este fin de semana, teniendo en cuenta lo vivido y realizado durante la semana.
Por este sábado mariano lleno de ternura en que celebramos El Inmaculado Corazón de María, Señor. Dios nuestro: te damos gracias por el amor con que colmaste el Corazón de María, la Madre de tu Hijo y también Madre nuestra. Por tu gran bondad nos la has dado a nosotros para que abramos nuestros corazones a tu palabra y a tu amor, de forma que podamos buscar siempre tu voluntad en todo lo que proyectamos y hacemos. Que ella también toque nuestros corazones y los haga sensibles a las necesidades de nuestros hermanos, en sus tristezas y preocupaciones, en su soledad y desesperanza. Tú le has dado un corazón sabio y obediente, para poder cumplir a la perfección tu voluntad; le diste un corazón nuevo y amable, en el que tú bien te complacías y en el que inscribiste la ley del amor; le diste un puro e indiviso corazón, para que fuera digna de ser la Virgen Madre de tu Hijo y de regocijarse viéndote para siempre; le diste un corazón firme y vigilante para que pudiera aguantar sin miedo la espada de dolor y esperar en fe la resurrección de su Hijo.
A ti, Madre, te damos gracias por tu obediencia al Padre y por haber aceptado de tu Hijo que generosamente te ha entregado para ser nuestra madre. Perdónanos las ocasiones en que somos desobedientes y egoístas y ayúdanos con tu ternura y tu bondad a hacer la voluntad de Nuestro Hermano Mayor, hacer lo que Él nos diga y a recibir el calor y el cariño de tu Inmaculado Corazón. Gracias, Madre, por tenernos en tus brazos y dejar que nos recostemos en tu Santo Regazo. MADRE DE LA TERNURA Y DEL AMOR, INTERCEDE POR NOSOTROS. INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, SE LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA. Amén.
ORACIÓN
Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tú quieres que sea,
hacer lo que tú quieres que haga.
No temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que esté siempre contigo.
Consagración del hogar y la familia al Inmaculado Corazón de María
¡Oh, Virgen María!, queremos consagrar hoy nuestro hogar y cuantos lo habitan a vuestro Purísimo Corazón. Que nuestra casa, como la tuya de Nazaret, llegue a ser un oasis de paz y felicidad por:
- el cumplimiento de la voluntad de Dios,
- la práctica de la caridad,
- y el abandono a la Divina Providencia,
¡Que nos amemos todos como Cristo nos enseñó!
Ayúdanos a vivir siempre cristianamente y envuélvenos en tu ternura. Te pido por los hijos que Dios nos ha dado (se citan los nombres) para que los libres de todo mal y peligro de alma y cuerpo, y los guardes dentro de tu Corazón Inmaculado. Dígnate, Madre nuestra, transformar nuestro hogar en un pequeño cielo, consagrados todos a tu Corazón Inmaculado. Amén.
¡Corazón Inmaculado de María, sálvanos!