Bello amanecer en este fin de semana que tú bondadosamente nos regalas. Gracias por tu bondad tu misericordia y amor para que nuestro descanso sea reparador después de una semana de labores. Hemos realizado el bien y pronunciado palabras esperanzadoras.
Ahora vamos a nuestras actividades de descanso, pero pensando en lo que tú nos dices en este día: «Ganen amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien los reciba en la mansión eterna». Gracias, Señor, por darnos la ocasión de poder ser fieles en lo poco y también en lo mucho. Permítenos, señor, servirte únicamente a ti Dios verdadero, eterno y misericordioso. Hoy san Pablo también saluda a quienes han colaborado con él y como él en el anuncio del evangelio; con la buena noticia ha ganado amigos que son de fiar. En tu palabra recoges una serie de dichos unidos por la invitación a ser de fiar y cuidarse del dinero injusto. Podemos preguntarnos cómo nos va en estas dos cosas. Amén.
Un muy feliz fin de semana y un sábado productivo para amar y servir.
LAS PALABRAS DE LOS PAPAS
La riqueza puede empujar a la gente a construir muros, crear divisiones y discriminación. Jesús, por el contrario, invita a sus discípulos a invertir el curso: «Hacer amigos con las riquezas». Es una invitación a saber transformar bienes y riquezas en relaciones, porque las personas valen más que las cosas y cuentan más que las riquezas que poseen. En la vida, en efecto, no son los que tienen tantas riquezas los que dan fruto, sino los que crean y mantienen vivos tantos lazos, tantas relaciones, tantas amistades a través de las diferentes “riquezas”, es decir, de los diferentes dones con los que Dios los ha dotado. Pero Jesús indica también el fin último de su exhortación: «Haceos amigos con las riquezas injustas para que os reciban en las moradas eternas». Si somos capaces de transformar las riquezas en instrumentos de fraternidad y solidaridad, nos acogerá en el Paraíso no solamente Dios, sino también aquellos con los que hemos compartido, administrando bien lo que el Señor ha puesto en nuestras manos. (Papa Francisco - Ángelus, 22 de septiembre de 2019)
ORACIÓN
Señor, deposito en tus manos todo lo que soy y todo lo que tengo. No quiero servir al dinero ni a los intereses del mundo, sino a Ti, único dueño de mi corazón. Enséñame a usar con sabiduría los bienes que me has confiado, para que sean instrumentos de amor y de justicia, no de egoísmo ni de vanidad. Amén.
Reflexión del Evangelio escrita por P. Luis Alberto Tirado Becerril, misionero del Espíritu Santo
Lo que es muy estimable para los hombres es detestable para Dios. Estamos en un momento histórico, aunque quizás siempre haya sido así, en que el mundo ofrece tantas cosas con apariencia de bien, que con frecuencia nuestro corazón está dividido. Muchos queremos a Dios y deseamos seguirlo, pero al mismo tiempo, nos dejamos encantar por los bienes seductores de este mundo: por muchas cosas que no son o no nos parecen malas; por placeres cuyo goce, sentimos que no lastiman a nadie y que por lo tanto siempre serían buenos y por dinámicas de poder que nos hacen sentir poderosos cuando lo ejercemos nosotros o víctimas cuando otros lo tienen. Pero lo que es muy estimable para los hombres, es detestable para Dios.
Por eso te invito a tomar partido, ¿Dios o Mamona?; ¿Dios o el dinero, las cosas, la fama, el trabajo, el poder o los placeres? Hoy te invito a tomar conscientemente la gran decisión de tu vida: ¿la vida o la muerte? ¿la felicidad o la ruina y el sinsentido?
Si eliges a tu Señor, la vida y la plenitud, actúa desde ya en consecuencia, jerarquiza todo en función de Dios en sus Tres Divinas Personas, en función de su enseñanza y su voluntad. Evalúa tus acciones y dinámicas cotidianas, tus palabras diarias y tus objetivos a corto, mediano y largo plazo, para que todo tu ser se dirija y se rija por el Rey y Señor del universo.
Esfuérzate por cambiar lo que tengas que cambiar, sabiendo “que todo depende de Dios” y que habrá caídas hasta que tu corazón esté totalmente libre de idolatrías; pero que siempre estará ahí Jesús para levantarte si se lo permites. Pero eso sí: ¡Nunca te canses de dejarte levantar por Él!
Pregunta:
¿Qué lugar ocupa el dinero o la seguridad económica en mi corazón?
Cita bíblica del día.
"Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mateo 6,21).
