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9-ene.-2023, lunes, Fiesta del Bautismo del Señor

Jesús, aunque no tenías pecado, con tu bautismo te hiciste uno con todos nosotros para traernos el perdón y la vida de Dios.

Agradable bendecido y feliz amanecer para todos dando gracias a Dios por concedérnoslo. Hoy, en el día de tu bautismo, Jesús, aunque no tenías pecado, te hiciste uno con todos nosotros, para traernos el perdón y la vida de Dios. Aceptaste gozosamente esa difícil misión. Nosotros, por nuestra parte, en nuestro bautismo nos hemos hecho uno contigo. ¿Aceptamos también, nuestra misión de ser buenos siervos de Dios y de los hermanos, aun cuando sea ésta una tarea difícil? Después de todo, somos tus discípulos.

En esta fiesta, tú nos llamas a ser hijas e hijos queridos del Padre celestial y nos das en nuestro bautismo la misión de ser siervos humildes y entregados. Ayúdanos a servir en humildad y generosidad; a ser ojos para los ciegos, voz para los silenciados y oprimidos, pies para los que van a tu encuentro y manos para los que están postrados. Que como bautizados te agrademos en todo lo que hacemos y ante todo ayúdanos a cumplir la voluntad del Padre celestial. Que te escuchemos y te sigamos, que realicemos las obras que Tú mismo realizas, que tengamos las mismas actitudes de bondad y misericordia, es decir, que también pasemos “haciendo el bien”.

Gracias, Señor, por tu bondad; gracias por este tiempo de Navidad que nos has permitido compartir en familia. Mañana iniciaremos nuestras labores cotidianas y te pedimos nos ayudes a realizarlas en optimismo y alegría; en felicidad y generosidad. No olvidemos las palabras del Padre Celestial: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto». Que también nosotros nos sintamos amados por el amor De Dios. Amén. Feliz lunes de descanso.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

El Mesías pide ser bautizado para que se cumpla toda justicia, para que se realice el proyecto del Padre, que pasa por el camino de la obediencia filial y de la solidaridad con el hombre frágil y pecador. Es el camino de la humildad y de la plena cercanía de Dios a sus hijos. El profeta Isaías proclama también la justicia del Siervo de Dios, que lleva a cabo su misión en el mundo con un estilo contrario al espíritu mundano: «No vociferará ni alzará el tono, y no hará oír en la calle su voz. Caña quebrada no partirá, y mecha mortecina no apagará» (42, 2-3). Es la actitud de mansedumbre. (…) la actitud de sencillez, respeto, moderación y ocultamiento, que se requiere aún hoy de los discípulos del Señor. Cuántos ─es triste decirlo─, cuántos discípulos del Señor alardean como discípulos del Señor. No es un buen discípulo el que alardea de ello. El buen discípulo es el humilde, el manso que hace el bien sin ser visto.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.